miércoles, 28 de diciembre de 2011

Bocata de calamares, Peluca de colores y Marujasasesinaspuntocom. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que en Navidad todo es posible, hasta que las amigas cibernéticas se vean las caras, se toquen, se abracen por fin, y se reconozcan después de tantos y tantos correos por la red.

Pero fieles a nuestros objetivos no podíamos quedar sin hacer gala de todo lo que nos une, y por tanto, nuestro motor, la que nos lanza a la increíble aventura de viajar por los bites y bytes, y se enfada porque somos perezosas y no estudiamos nada, y preguntamos siempre lo mismo, y perdemos los +1 y no sabemos subir las fotos decentemente, nos mandó un  documento de posicionamiento NEO (Navidad Extraordinariamente Organizada).
Sin ningún afán de provocarla, pero con las prisas, me dejé en casa el manual, me acordé de casualidad del lugar y hora de la cita, y me olvidé por completo, por puro despiste, de expectativas, interrogantes y dudas sobre cómo saldría el experimento.

Antes de nada os comentaré que en mi vida he tenido dos citas a ciegas, la primera me salió redonda y la segunda.....

Llegué la primera (ya podría haber sacado de británica alguna otra cualidad que no fuera la puntualidad, no sé, quizá un don innato para el idioma…). Ni dos segundos duró esa sensación incómoda de no saber qué decir, por dónde empezar, porque a partir de ese momento, me encontré felizmente noqueada por un espíritu libre, lleno de energía vibrante, como un huracán que te sacude…no, más bien hipnotizada. Cuando llegaron mis otras dos ciber-amigas, comprendí que una de ellas bullía como sus ollas, llena de vitalidad, pensé que nunca encontraría a alguien que tuviese la risa más fácil que la mía, y la otra no podía dedicarse a otra cosa que a hacer arte con la plata, es, en esencia una artista sin artificios.

Mientras, nosotras a lo nuestro, a llenar el estómago en este Madrid navideño atestado de gente en estado, unos de embriaguez, otros de compulsión consumista, los más, con los enanos deambulando de un sitio a otro. Pero era lunes y teníamos el tino un poco desviado, así que cada sitio que se le ocurría a nuestra intrépida ciudadana del mundo estaba cerrado. Es un misterio que ella haya llegado a la edad adulta sin haber sufrido un atropello mortal, eso que seguro que ha estado en ciudades más peligrosas que la mía y con un tráfico más caótico, pero su manera de cruzar es simplemente suicida.

Acabamos comiendo un bocata de calamares, típicamente grasiento, en un bar típicamente abarrotado de gente, y nuestra artista haciendo malabares para no arrojarnos por segunda vez la copa de vino, la primera había caído por milímetros fuera de la máquina de fotos nuevecita de nuestra visitante. Nuestra cocinera, nueva emprendedora y seria aspirante a un trabajo por cuenta ajena tiene una vida que es un sainete y un humor y alegría vital a prueba de bombas.

Sin humor no hubiese sido posible que personas adultas, maduras, vamos…señoras (aggg, me sigue sentando fatal), se pusiesen unas pelucas de colores mientras se hacían las fotos pertinentes con el chino que las vendía, y paseasen sus testas coloreadas por la Gran Vía, entrasen en una taberna muy chic dando el cante, lo que sirvió para que las invitasen a las copas.
Y por casualidad se me ocurrió decir que tuve un grupo de danza del vientre que era tóxico, era una panda de marujas asesinas, entonces, mi querido huracán, tuvo un arrebato, llamarnos marujasasesinaspuntocom (seguro que ya está registrado), pero doy por sentado que encontrará otra variante que nos vaya al pelo.

Me fui como si en vez de seis horas hubiesen pasado seis minutos, y para no ponerme sentimental solo os diré que mi segunda cita a ciegas...también salió REDONDA.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Monster High. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que como todas las Navidades hay un juguete estrella, y parece ser que el de estas es la serie de muñecas Monster High.

Hace tiempo que desistí de intentar comprender porqué a nuestras pequeñas y no tan pequeñas (imagino que a algún pequeñuelo también, por esto de no marcar tendencias sexistas), les encanta este tipo de muñeca con cuerpo de fideo y cabeza de coco, por no hablar del maquillaje “titanlux”, los pelos de colorines y la vestimenta sugerente (no, ésta no es la palabra, pero la que se me ocurre prefiero no escribirla). Si estas fuesen reales no se sostendrían de pie ni medio minuto, porque con semejante perímetro craneal y con los pies de china del siglo XIV, acabarían en el suelo sí o sí, claro que el moratón no se distinguiría dada la capa de sombra de ojos tan espectacular que lucen.

Pero como a los padres cuando hacen de Magos se les suelta un tornillo, y a los tíos, dos, ahí me fui yo en busca de la susodicha Poligonera Crepuscular.

¡La primera en la frente!, Inocente, me voy a la tienda, a una hora prudencial y me encamino dignamente hacia la estantería donde se encuentra todo lo relacionado con las Cabezonas Monstruosas (no lo digo porque sean horribles, que también, pero es que son hijas de monstruos), y a la dependienta casi le da una apoplejía de la risa cuando le pregunto por la muñeca dichosa, y me dice: “Uy, señora (aggg, ¡qué mal me sienta!) las sacamos a las 9 y a los 3 minutos se han agotado”.
Me voy cabizbaja y empiezo a pergeñar un plan alternativo. Se me ocurre preguntar en todas las pequeñas tiendas, donde seguro que a nadie se le ocurriría buscar. Cierto, porque en esas tiendas no tienen, ni intención de tener, el dichoso juguete.

Para comprar una muñeca de estas hay que hacer un máster, empaparse del catálogo en el que vienen todas y cada una de ellas con sus características personales (¿?¡!), porque entre ellas, como en la vida misma, están las de primera y las de segunda categoría, o sea, las que quieren TODAS las niñas, y las que no quiere ninguna, salvo alguna despistada, y que están para rellenar.

Y como a cabezona (bonito juego de palabras) no me gana nadie, lo intento al día siguiente, me voy muy temprano, para estar la primera, pero ya hay gente esperando en la puerta. Lo que me cuentan me pone los pelos de punta porque no me he traído las deportivas, ni los nunchacos. Hago un diagnóstico preliminar: una abuela (va, con esta puedo), una joven de mi edad (aquí las fuerzas están más compensadas), una joven auténtica (a ésta no la gano ni queriendo), un muchacho (perdido), y dos señoras que como hacen equipo nada de nada, pero me mantengo fuerte y no me vengo abajo.

Nos preparamos. Delante tenemos a un guardia de seguridad que está alucinando y al que intentamos convencer para que nos deje pasar antes, pero no quiere ingresar en el INEM (con todos los que somos y lo bien acompañado que iba a estar), mentalmente diseño la estrategia: pasillo 1, dos viales, izquierda, un vial, derecha y OBJETIVO.
Se da el pistoletazo de salida y salgo como el mismísimo Usain Bolt, pero la abuela, ¡qué astuta!, viendo que el camino estaba atascado vira rápidamente, coge un atajo y llega la primera, jaja, pero yo soy más alta que ella y llego a la estantería, ella no, y alcanzo una caja, y otra, y otra….y se me caen encima tres que aguanto como puedo. Satisfecha, miro las muñecas y digo: "¡Pero, esto qué es, si no hay ninguna de las que quiero!, ¿cuántas Monstruitas de estas hay?". Intento negociar con el de al lado, pero no hay ninguna de las que necesito, los listillos del centro comercial sólo han sacado a la venta las de relleno. Tanto esfuerzo para nada.

Mi querida sobrina se tendrá que conformar con la Cabezona de segunda fila.

Se la enseño a mi hija, la mira arrobada y comenta: “¡qué mona, mamá!.
La miro espantada y  le digo: “Ni lo sueñes, si quieres, coges una de las otras Cabezonas que ya tienes y te la tuneas”.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Colegio Europa, Angelita y Nicolasete. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que corren malos tiempos para el Colegio Europa, se acercan los exámenes de calificación, las deudas les aprietan y el prestigio, que en otros tiempos, estaba fuera de toda duda, ahora parece que se pone en entredicho.

El Colegio Europa es un colegio especial, dividido en clases, aulas, cada una de ellas con un representante o delegado elegido democráticamente, antes se presentaban por su cuenta a las distintas pruebas, cada una de ellas con mayor o menor acierto.
Un buen día decidieron hacerlo todos juntos, como colegio, aunando esfuerzos, es más, incluso decidieron hacer los pagos mediante una cuenta común (en esto, no se pusieron todos de acuerdo, por lo que algunas clases siguen teniendo su cuenta propia y hacen sus pagos al margen del resto).

Como he dicho, cada clase tiene su delegado que desempeña múltiples tareas, además de ser el responsable del aprovechamiento, calificaciones y méritos de sus representados. Los directivos del colegio, viendo que algunas de las aulas empezaban a acumular mayor poder que otras, para equilibrar, decidieron que el Consejo Escolar estuviese dirigido por miembros de clases menos predominantes, como José Manuelito, de la clase P, que está pasando por serios apuros, o el pequeño Herman (de apellido impronunciable y cabello ingobernable), de la B2.

Así de esta manera, el aula A, tiene como delegada a Angelita una niña seria, responsable, trabajadora y previsora, de carácter adusto, firme y obstinado, bastante marimandona, que dirige su clase con mano firme y siempre preocupada por alcanzar las más altas cotas de rendimiento.

El aula F, manejada por el pequeño Nicolás, muy amigo de Angelita, tiene muy claras las ventajas de acercarse al ascua que más calienta, ya que él sabe que llegará lejos (la altura no sólo se mide en centímetros). Nicolasete se maneja bien socialmente (mejor que Angelita que, para su gusto, resulta un poco intransigente y cuadriculada), por lo que le toca a él, templar  los ánimos, andar dando una de cal y otra de arena, ser en definitiva, el diplomático. Angelita piensa que a Nicolás le pierde, a veces, un cierto sentimentalismo mediterráneo.

De vez en cuando, viene un alumno de intercambio, de un colegio que está allende los mares, es todo un bombón, a Angelita se le llevan los demonios cuando ve babeando a la muchachada al paso del pequeño Barakito (¡vaya nombre!), además de esto, el muy…se permite el lujo de darles lecciones de cómo hacer las cosas bien, ya podría hacer caso de sus propios consejos porque tiene su clase patas arriba, claro que no todo es culpa suya, gran parte se lo dejó en herencia el anterior delegado, un niño con cara de viejo, Jorgito, un bravucón que andaba siempre a la greña, el rey del patio, el de “estás conmigo o contra mí”, que cuando venía al Colegio Europa no paraba de amenazar al que le hacía frente.

Algunas de las clases están pasando por serias dificultades, su falta de previsión, de organización, en definitiva y en palabras de Angelita de trabajo duro, de sacrificio y de pensar en el bien común, han llevado a todos a una situación al borde del colapso, a poner en entredicho tantos y tantos años de prestigio y buenas calificaciones conseguidos a base de esfuerzo. Así que es hora de que cada uno cumpla con lo que tiene asignado y haga su parte, no es “justo” que siempre los mismos les saquen las castañas del fuego a los que se dedican a vivir el presente sin pensar en las consecuencias.
Cuando Nicolasete ve dispararse así a Angelita se echa a temblar, ya que pone en peligro toda su ardua labor de guardar ciertas formas para preservar la unión.
Y es que Angelita no se anda con medias tintas.

Pero algunas voces empiezan a alzarse (tímidamente, sin mucha fuerza)….Angelita no está en posesión de la verdad, y aunque así fuera, no tiene derecho a imponer su voluntad a todos.

El caso es que las cosas están revueltas en el Colegio Europa que tiene muchos más protagonistas….(Continuará).

lunes, 5 de diciembre de 2011

Claves para una entrevista perfecta. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que muchos la preguntaron cómo hacer una entrevista perfecta.

Consejos, trucos, recomendaciones, hay miles, circulando por todos los sitios, todo el mundo sabe lo que hay que hacer y lo que nunca, nunca en la vida debes, y lo que gusta y lo que no, y lo que resulta sorprendente y lo que le funcionó a un primo hermano, que por cierto ahora está “forrao”. Algunos son buenos, otros son de cajón, otros son (mil perdones) una estupidez y otros pseudo-psicológicos de los que  prefiero no hablar.

Como antes de rechazar nada hay que probar, me decidí a investigar todas las metodologías. Primero, me pasé un borrador por la cabeza y me quité de encima mis conocimientos previos en la materia (como entrevistadora y seleccionadora de personal). Segundo, hice un repaso de todos esos consejos tan bien intencionados, como ser puntual, ir aseada, limpia y adecuadamente vestida. Tercero, me metí de lleno en prepararme preguntas capciosas, como las de los defectos y virtudes, lo mejor y peor de tus anteriores trabajos, si pudieras qué hubieras cambiado de ellos. Cuarto, consulté mis apuntes de psicología proyectiva porque ví que en una entrevista a alguien le habían preguntado con qué objeto se identificaba (¿?). Quinto, me pasé toda una tarde ensayando posturitas y gestos en el espejo, nada de piernas ni brazos cruzados, mirar a los ojos sin agobiar, postura relajada pero firme. Sexto, hice gárgaras para modular la voz y Séptimo me empapé de información sobre la empresa contratante, consulté su web y otras muchas sobre su tipología de empleado. Obvié aquellos que me invitaban al fraude, como el “engorde” o “adelgazamiento” del curriculum, o a mentir descaradamente en la entrevista.

Y antes del gran día, hice, por supuesto, un ensayo general….y menos mal, porque parecía más una actriz venida a menos que una aspirante a un puesto de trabajo.

De esta profesión, resulta sorprendente, todo el mundo se atreve a hablar, parece que el intrusismo, la falta de rigor y de cualificación apropiada están a la orden del día. Más sorprendente cuando no encuentras por ahí nadie que hable con esa ligereza sobre cómo levantar un edificio, poner en marcha una central nuclear, hacer la fontanería del cuarto de baño o llevar a cabo una operación de apendicitis.

De aquella experiencia saque mis propias conclusiones, dicho está que como me había pasado el borrador por la cabeza no tenía ya ningún conocimiento previo al respecto.

La primera, utiliza el sentido común: llegar puntual es un signo de respeto en cualquier circunstancia y con cualquiera, al igual que avisar si has tenido un percance y no puedes estar a tu hora. El aseo personal es una norma básica de urbanidad, que algunos desconocen, cierto, pero no por ello es menos importante, y respecto a la ropa, sólo hay que tener en cuenta que no vas a una fiesta playera, ni a una boda, y escoger lo apropiado, sin perder tu estilo personal.
La segunda, sé tú mismo, y si puedes mejorar, mejora. Si tu curriculum no te convence, invierte tu tiempo en pedir consejo profesional para mejorarlo, al igual que tu discurso o las experiencias sobre los que debes hacer hincapié, eso te dará confianza y seguridad.
La tercera, nadie te garantiza el éxito, pero puedes hacer de una entrevista tu mejor carta de presentación, si la despojas de artificios.
La cuarta, si alguna pregunta te incomoda, o no la entiendes, dilo, con educación y cortesía se puede.
La quinta, buscar información sobre la empresa que oferta es conveniente, pero no quiere decir que te asimiles a sus prototipos.

Y por último, libérate de complejos, respira hondo…y a por todas, porque la persona que tienes enfrente es una persona como tú, hace su trabajo y no está en sus prioridades hundirte la vida.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Soy una romántica. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que es una romántica, es sentimental y soñadora, pero que no está de moda, no tiene mucho prestigio y se teme que está en peligro de extinción. También parece que está poco considerado ser un idealista, optimista, pensar en positivo y no abusar de la queja, si no es para buscar soluciones o  para pedir ayuda.

Me veo como una de esas locuelas con el embudo en la cabeza, la camisa de fuerza y espantando moscas, porque los cuerdos son los demás, los del ceño en la frente, los del impenitente gris marengo tirando a negro, los de “todo está mal y a peor va a ir”, los realistas, los de “esto no lo arregla nadie”. Y lo peor de todo, el perpetuo descontento, para llenarse la boca de sapos y culebras, ¿qué morbo, no?.

Yo propuse un objetivo y me llamaron soñadora, porque era propio de un mundo mejor, y propuse buscar la excelencia y me dijeron que la palabra era oportuna u oportunista según se mirase (¿?), como si la excelencia fuese alcanzable por unos pocos, como si fuese elitista. La excelencia está en todos y cada uno de nosotros, no es un concepto global (no para mí), somos excelentes en un momento y podemos seguir intentándolo más tarde en otra faceta de nuestra vida en la que tengamos mucho que aprender.

Pero no me hagáis caso, porque son sólo sueños….nunca he conocido nadie que merezca la pena, ni he trabajado nunca en una empresa que apostara seriamente por el trabajo en equipo, ni nunca tuve jefes (varios, quiero decir ninguno) que me considerasen una colaboradora no un trozo de carne, ni compañeros que no les interesase medrar a toda costa o a mi costa, ni amigos que permaneciesen, ni familia que no fuese un mero adorno navideño, ni nunca conocí a una persona (hace más de 20 años) que un día quiso estar a mi lado, manteniéndose todavía y, por si fuera poco, nunca conocí a ocho maravillosas magníficas que me sacudiesen el desaliento y las ganas de abandonar a través del medio más inhumano.

Aunque loca, no ciega, y veo la grosería, la mala educación (como la del autobusero de ayer al que tuve que poner en su sitio, “lo cortés no quita lo valiente”), la mezquindad, la arrogancia, y aunque sé que hay gente que simple y llanamente es mala persona, sigo pensando que son excepciones, no la regla.

Pero vuelvo a deciros, no soy de fiar.

A veces sufro un ataque de “cordura” y entonces mi frente se arruga más que ninguna, no considero el marengo sólo el azabache, y de mi boca salen batracios y reptiles inmensos, veo la realidad como parece que es, pero en eso llega el cómico que tengo en casa (él no lo sabe) y me confiesa que él de pequeño (más todavía!!??) quería votar a Spiderman (el Domingo estuve buscando la candidatura pero no la encontré), o que el agua que más le gusta es la del Everest (léase Lanjarón) o qué es eso del Portón de Belén….y me tengo que reir.

No tengo remedio soy….una Loca de atar.

martes, 15 de noviembre de 2011

Diccionario económico. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que todos los días escucha en los telediarios noticias económicas inquietantes plagadas de términos desconocidos hasta ahora que, a fuerza de oírlos todos los días, se han vuelto cotidianos pero no menos extraños.

Uno intenta darles sentido, por el contexto, literalmente, pero se puede encontrar con un galimatías que lejos de aclararle qué está pasando con la economía mundial, piense que está jugando al “teléfono escacharrado” o algún otro juego de mensajes inconexos y sin sentido.

Algo así como esto:

Prima de riesgo: la hija de una hermana de mi madre, que siempre tuvo un comportamiento imprudente y temerario. Sin embargo, nunca creí que tuviese tanta repercusión pública como para saltar a la palestra de la Economía y la Política planetaria, ni que fuera cuantificable, lo cual me hace pensar que debe tratarse de otra cosa.

Operación en corto: intervención quirúrgica que no requiere hospitalización, utilizándose para ello anestesia local o sedación suave. Últimamente están en el punto de mira de algunos gobiernos por amenazantes y especulativas y porque parece que ponen en serio riesgo la credibilidad en la fortaleza económica de un país. Creía que estas intervenciones quirúrgicas eran menos costosas, menos invasivas y por lo tanto, más recomendables en todos los aspectos.

Agencia de calificación: ¡ah, esto es fácil!, firma o compañía que evalúa y gradúa, NM (Necesita Mejorar), PA (Progresa Adecuadamente), o lo de toda la vida, Insuficiente, Suficiente, Bien, Notable, Sobresaliente y Matrícula de Honor. Pero me han dicho que estas compañías además de calificar también invertían, o sea ¿que eran juez y parte?, ¿no habrá cierto conflicto de intereses?. Me temo que debo estar mal informada, porque si no ¿cómo podrían los estados soberanos haber permitido esta farsa?.

Rescate: liberación mediante pago o por la fuerza de algo que estaba en poder ajeno, o bien liberación de un peligro.  Parece ser que en este caso se aúnan las dos definiciones ya que se libera del peligro de la bancarrota, y se hace mediante un pago. Espero que la policía atrape pronto a los secuestradores.

Activos tóxicos: ¡¡lo sé, lo sé!!, los que se encuentran en la central nuclear de Fukushima, no?. Pero….¿qué tienen que ver con la caída de Lehman Brothers?.

Hipotecas basura: las que dieron sabiendo que no podrías pagar. Antes no importaba porque había confianza, ahora sí porque no hay dinero.

Y luego, muchas clases de bancos: bancos de depósito, bancos de inversión, bancos centrales nacionales, bancos centrales trans-nacionales, bancos mundiales….y todos ellos sin un chavo por lo que se ve.

Me da vueltas la cabeza, no entiendo nada de nada, creo que tendré que repasar todos estos conceptos con un buen diccionario económico.
Pero entonces, mi hija me hace un regalo, sin interés, sin prima de riesgo, sin calificarme previamente, es la frase de un político norteamericano:

Pienso que las instituciones bancarias son mas peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florearán en torno a los bancos, privaran a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertaran sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.”
THOMAS JEFFERSON, 1802.

Y una pregunta me ronda la cabeza ¿Cómo ha sido esto posible?.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El entrenador. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que en un país de más de treinta millones de “entrenadores de futbol” (dicho por expertos, los españoles somos los mejores entrenadores aficionados, y si no, no hay más que ver las lecciones, recomendaciones y arengas que cada semana damos a los profesionales del sector en las tertulias post-partido), al Club Deportivo Santa Eugenia le ha tocado el más patoso de todos.

Mi pequeñín se prepara los partidos como si de la final de la Champions se tratase, y nosotros somos, sin duda, la mejor afición de todas las de la liguilla, lo cual no quita para que tengamos ojos en la cara, y la pasión de padres no nos nuble el entendimiento, porque hay que reconocer (dolorosamente), que nuestros pimpollos, más que un equipo de futbol, parecen una panda de pollos descabezados cuando salen al terreno de juego. La estrategia, las posiciones y la técnica les duran diez minutos, con suerte, luego se olvidan y pasan a modo “pachanga”, todos van a por el balón, hacen 60 regates antes de pasarla a un compañero, se estorban unos a otros porque están todos en el centro del campo, en fin, que cuando meten un gol, nosotros lo celebramos como si se tratase del mismísimo minuto 116, sinceramente porque no sabemos cómo se ha obrado el milagro.

Y todos nos preguntamos ¿Por qué después de dos años ni avanzan, ni evolucionan, ni aprenden?. Los muchachos no son unos portentos, creo que ninguno de nosotros puede tener serias esperanzas de que su retoño le saque de pobre dedicándose a dar “pataditas a un balón”, pero capacidad de mejora tienen, vamos que ir a peor es más difícil. ¿Será que no le ponen interés, que no les gusta?, por descontado que no, ya que hacen esto porque quieren y además después de los partidos quedan para seguir jugando.
O sea, que si cierta capacidad de mejora tienen, y motivación no les falta, ¿qué falla?...y silenciosamente, volvemos la cabeza todos a una hacia…nuestro E N T R E N A D O R.

Y le vemos ahí, mirando al suelo, entretenido en los partidos escribiendo, apuntando, ¿estrategias, jugadas, recomendaciones?, no, será un libro sobre el lenguaje de las flores porque nunca hace nada con ello.
Este año ha venido un entrenador de porteros, lo cual ha sido bien recibido por todos excepto por nuestro amado trainer que educadamente ha declinado el ofrecimiento, porque el portero ya sabe encajar los goles perfectamente, por el centro, por la escuadra, por arriba, por abajo, de penalti…el muchacho le mira estupefacto y desconsolado ¡el quiere aprender a pararlos!.

Si en algo es experto es en percibir las emociones. Algunas veces nuestros hijos salen a comerse a los rivales, coloquialmente “enchufados”, y entonces, a base de pundonor y ganas, juegan de maravilla. Nuestro entrenador capta el sentir del grupo, que están en pleno “subidón”, detecta cuál es el jugador que cataliza todas estas emociones y entonces….lo cambia, con lo que se vienen abajo como un suflé (¿Será un espía, un agente al servicio de otros clubes?, ya dije en otro post que están por todas partes).

Sus únicas cualidades: una voz potente y buenos principios, aunque se atasca en el medio y se pierde definitivamente en el final.

Yo no sé si es el hombre más torpe del planeta, tiene un serio problema que le incapacita para observar, analizar, comunicarse y aprender, o es que no tiene el más mínimo interés en lo que hace, pero creo que más que potenciar su crecimiento, a los muchachos les está lastrando, y a nosotros impacientando.

Ya sea en la Empresa o en una actividad lúdica, dirigir un equipo tiene una importancia vital para el desarrollo de sus capacidades y para alcanzar su máximo rendimiento, para conducirle a su excelencia. Para hacerlo bien, tenemos que aprender a desarrollar y ejercitar otras capacidades tan importantes que son las que, sin duda, marcan la diferencia.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Mapa genético humano. Mi amiga Hortensia dice...

2ª Parte: Los Cromosomas Masculinos

Mi amiga Hortensia dice que siguiendo con los estudios sobre genética de la Universidad Retrograde del estado New Casposian del Norte, le toca hablar de los cromosomas masculinos, a saber:

-          Cromosoma technical o “Black & Decker”: ¡qué hay más masculino que un “chapuzas”!. Venga de donde venga un hombre, el destornillador, la llave inglesa, la taladradora o el martillo y los clavos, es su medio natural. Colocar una lámpara o un cuadro, arreglar un enchufe, pintar o desatascar el fregadero no son misterio para él, pobre del que no sepa hacer algo de esto por una deficiencia genética, tendrá que ir rápidamente a realizar un curso de CCC si no quiere ser la mofa de sus compañeros o la burla de sus “contrarias”.

-          Cromosoma finantial o “El Economista”: Si se siente a gusto haciendo bricolaje, no lo está menos entre números, entre ingresos y gastos, facturas, cuentas bancarias, movimientos monetarios, cambios y domiciliaciones, pequeñas inversiones para tener los ahorrillos a buen recaudo, seguros, y, como no, ya lo dije anteriormente, un estricto control de los “caprichitos”, para evitar despilfarros, que los tiempos no están para fiestas. Nosotras ocupadas en estas tareas tenemos que poner los cinco sentidos para que no nos bailen los números y confundamos el “debe” y el “haber”.

-          Cromosoma “Rey de la selva”: Quizá sea el más primitivo de todos, el más atávico, porque aquí demuestran su fuerza física (mover muebles, trasladar los bultos más pesados) y mental, su estricto control de las emociones y sensiblerías (un hombre nunca llora), amable, cortés pero sin perder la esencia.

-          Cromosoma “Sex-Bomb”: Este cromosoma es el responsable de algunos comportamientos que les juegan muy malas pasadas.

Después de leer con atención el estudio, fui corriendo a buscar mi agenda para ponerme en contacto con todos aquellos amigos y conocidos que creía tenían un fallo en su material genético, le mandé un SMS a mi queridísimo para que con carácter urgente pidiese cita con el médico. Fregar, hacer la compra, cocinar y ocuparse de sus hijos era una tarea tan poco “masculina” que me preocupó que estuviese enfermo, irremisiblemente “dañado”. También pensé en mi amiga Mª Paz que lleva las cuentas de su casa como si de un contable se tratase, haciendo cábalas para llegar a fin de mes con cierto desahogo, y en mi amigo Carlos que es tan mañoso con la aguja, el dedal y la plancha como colocando un baldosín, o en mi hermano que lleva al parque a su hija todos los días, le ayuda con las tareas y hace la cena, e incluso en mi suegra, que tiene una memoria prodigiosa, no sólo se acuerda de todos cumpleaños, sino que se sabe de carrerilla las cotizaciones de bolsa, y tantos, tantos otros.

Al margen de todo esto que tiene más que ver con la educación que con la genética, pienso que el que quiere, puede, puesto que ni siquiera haber recibido una educación poco “igualitaria” es motivo, ni excusa. Muchos, hombres y mujeres, pensamos que compartir es más beneficioso para la convivencia porque minimiza los conflictos y los reproches que suelen producirse cuando uno piensa que da más de lo que recibe.

Así, después de hacer mil pedazos ese absurdo estudio, Hortensia tan “poco femenina” en algunos aspectos, se retrepó en el sillón, al lado de su “poco masculino” queridísimo, contenta por no contar con un mapa genético perfecto.

martes, 25 de octubre de 2011

Mapa genético humano. Mi amiga Hortensia dice...

1ª Parte: Los Cromosomas Femeninos


Mi amiga Hortensia dice que según unos estudios sobre genética de la Universidad Retrograde del Estado New Casposian del Norte, se han establecido nuevos hallazgos genéticos que confirman la tesis de cómo es que hombres y mujeres tradicionalmente se han dedicado a tareas distintas. Justificarían además que unas y otros estén particularmente dotados para la ejecución y desempeño de algunas de ellas. Lo cual invalidaría otros estudios sobre la igualdad en las capacidades de los dos sexos para la realización de dichas rutinas, por eso, empeñarse en seguir por este camino sería, simplemente, ir contra natura.

Los principales cromosomas femeninos que detectaron en este estudio fueron:
-          Cromosoma cleaner o “Don Limpio”: mediante este cromosoma se garantiza que la portadora sabe desempeñar sin entrenamiento previo todas las tareas domésticas: lavar, planchar, fregar, limpiar el polvo, hacer las camas, con total eficacia, cosa que no ocurre con los hombres que necesitan entrenamiento, aprendizaje y cierto estado anímico que les empuje a la realización de las mismas. Aquellos que, por las circunstancias que sean (deficiencia genética, extrema necesidad o “anormal” concienciación solidaria) realizan estas actividades despiertan una ola de admiración en los demás.  Para nosotras no tiene mérito ya que estamos genéticamente preparadas para ello. Y si estamos preparadas y lo hacemos tan bien ¿por qué no hacerlo siempre?.

-          Cromosoma cooker o “Entre fogones”: Al igual que el anterior, este cromosoma desencadena una serie de pautas de conductas que nos llevan a la correcta elaboración de suculentos guisos a partir de una serie de materias primas. Es más, con la sola visión de una olla o una sartén empiezan a funcionar los mecanismos adecuados para recuperar de nuestra memoria ancestral el recetario completo de todas nuestras antepasadas. Al contrario que nosotras, ellos tienen la farragosa tarea de “tirar” de recetas, consultar libros de cocina e incluso hablar con sus madres para solucionar las dudas. Este cromosoma, además tiene la vertiente “avituallamiento”, la cual nos capacita para movernos con maestría por los lineales de los supermercados y “pegar la hebra” con el pescadero con el propósito de conseguir la mejor mercancía.

-          Cromosoma “Mater Amantísima”: Cierta es la especial relación que existe entre un hijo y su madre, lo cual convierte a ésta en un auténtico catalizador de todo, y en este todo se incluyen, los lloros nocturnos, las enfermedades, las tareas académicas, las medidas disciplinarias, higiene y vestuario, las reuniones escolares, y las salidas al parque. Aquí, los hombres, tienen a la audiencia un poco dividida, entre las que piensan lo tierno y monísimo que es un hombre con su hijo jugando (cosa que además puede facilitar “otro tipo de interacciones”), y los que piensan simplemente que es un poco “calzonazos”.

-          Cromosoma shopper o “Quema la Visa”: Hay dos cosas que una mujer puede hacer en su tiempo libre, ir de compras o quedar con las amigas (fundamentalmente para despellejar a alguien que no esté presente), o puede hacer las dos cosas juntas. Este cromosoma no sólo capacita para la consecución de nuestro objetivo, sino que también nos da herramientas para soslayar los obstáculos que nos pongan, por ejemplo, que controlen nuestro gasto, ya que las únicas que tenemos caprichos somos nosotras, ellos sólo tienen necesidades.

Leída la primera parte del estudio (todavía me quedaban todos los cromosomas masculinos), empecé a preocuparme verdaderamente por mi salud, por mi material genético claramente deficiente y, aunque me cueste reconocerlo, muy poco “femenino”. Así que a la espera de obtener más información con el resto del artículo, fui buscando un genetista de prestigio para hacerme un estudio en condiciones.
Continuará…

viernes, 21 de octubre de 2011

829. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que se dice pronto 829. 829 nombres y apellidos, 829 proyectos definitivamente truncados en su momento, 829 familias quedaron suspendidas en ese mismo instante comenzando de nuevo un larguísimo camino hacia otra vida que ya no era la misma, marcada por el ingreso en esa macabra lista. Pero así es como siempre los vieron, como una cifra, sin rostro, como un objetivo, quitándoles la cáscara humana.

Hay más, muchos más, heridos, escoltados, mirando debajo del coche, escogiendo rutas alternativas, los que se fueron hartos de la extorsión y los que quedaron siendo extorsionados, los que hablaban en voz baja y los que defendían unos mismos ideales pero de otra forma, porque siempre hay alternativas.

Todos pagaron un alto precio, cierto es, unos más que otros, porque para 829 ese precio fue irreversible, definitivo. Nada devolverá a esos 829 lo que dejaron pendiente, ni a las 829 familias su rutina anterior, y digo, NADA, ni la venganza, ni el ojo por ojo, ni el arrepentimiento sincero o hipócrita, ni la retórica, ni la entrega de armas, ni la alegría colectiva, ni siquiera la justicia. Acabar con la vida de un ser humano es lo que tiene, es un camino sin retorno, no hay vuelta atrás, y nada de lo que suceda posteriormente devuelve lo que se perdió, o lo que se quitó.

Este es el punto de partida, tener conciencia de que no existe restitución posible, y la desgarradora dureza de este hecho hace que nos neguemos a admitirlo, exigiendo lo que es imposible, lo que sabemos que nunca se nos va a dar y por ello, justificando nuestra intransigencia para poder avanzar, como en perpetua pataleta.

829 desmanes, despropósitos y sinsentidos, que ahora puede que sí lo tengan, 829 que nos empujan a admitir la pérdida, convivir con el dolor y exigir la compensación que se merecen, que los “tibios” y los ambiguos se decidan de una vez a dar un paso al frente, sin las sombras de las “nueve milímetros”, sin cubrir sus oratorias de recursos bélicos o de confrontaciones armadas, ¡como si una guerra diera prestigio!. Que defiendan sus posiciones con ideas, argumentos, propuestas, proyectos y planes de futuro, con un lenguaje claro y moderno, adaptado a nuestra sociedad y sin anclarse en “leyendas medievales”, ni en pretendidas justificaciones genéticas, o que lo hagan como quieran pero sin perder de vista que el arma más poderosa, la que cambia el mundo, es la palabra, las otras sólo lo destruyen. La compensación de no dejarse utilizar por otros, que con motivaciones poco legítimas, insisten en fomentar el rencor, instigan a la revancha, no les conviene que la herida cicatrice limpiamente, sino que siga abierta supurando, sin dar la más mínima oportunidad, una oportunidad para 829 familias que sienten que deben seguir adelante con sus proyectos, sin perder  su memoria y en honor a ella.

Los que tienen que cumplir una condena, tendrán que hacer balance, y reflexionar ¿qué hacer con sus vidas?. Espero, sinceramente que no desaprovechen esta oportunidad, que a ellos les brinda un sistema en el que no creen (¡qué paradoja!) y que, desgraciadamente, para 829 ya no es posible.

lunes, 10 de octubre de 2011

¡Peligro, fusión a la vista!. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que confundir las palabras es confundir los conceptos, se habla de fusiones cuando son compras o anexiones de unas empresas por otras y por distintos motivos, pero es que parece que decir “me he fusionado” no causa el mismo desaliento que decir “me han comprado”, aunque la incertidumbre por el qué pasará prácticamente es la misma.

Ninguna adquisición es igual a otra y no siempre se produce porque la empresa “comprada” esté en situación financiera o comercial delicada, es más, en ciertos sectores (como en las TIC), empresas pequeñas o medianas llegadas a un volumen de negocio se hacen especialmente apetitosas para otras más grandes, o para multinacionales que quieren tener mayor presencia en nuestro país o quieren hacerse con los servicios de ciertos clientes estratégicos.

Pero para muestra un botón, que no es más que eso, un ejemplo que puede o no, ser suficientemente representativo:

Hace años recalé en una empresa mediana, bien posicionada y con buenos clientes, aunque para mí eso no era lo importante ya que se me abría un panorama profesional fascinante, lleno de retos, de aprendizajes y un largo camino por descubrir.
En estas estaba, concentrada en mi trabajo y aprovechando al máximo las oportunidades que se me brindaban, cuando un par de años más tarde nos dieron una noticia, nos habíamos fusionado con una multinacional holandesa, que ya tenía una sede aquí en España.
Al principio no sabes cómo tomártelo, ni si será para bien o para mal, pero toda la cúpula directiva en pleno salió a tranquilizarnos, porque lejos de tener que echarnos a temblar por nuestros puestos de trabajo, íbamos a disfrutar de mejores medios para poder seguir desarrollando nuestro cometido con total tranquilidad.
Porque, qué es una fusión, sino la unión de fuerzas, intereses, en condiciones similares, en las que las dos partes tienen cosas que decir, tienen voz y voto. La cosa cambia mucho cuando te enteras de que no es una fusión sino una adquisición, y por tanto el que compra manda, y tiene la potestad de imponer sus decisiones, sus métodos, y hasta su plantilla.
Pero nosotros, ilusos, estábamos encantados, ¡qué digo!, henchidos de orgullo de que se hubiesen fijado en nosotros, por eso cuando nos dijeron que vendría un Controller holandés, ya fantaseábamos con la idea de que fuese alto, rubio y guapetón….pero debimos empezar a sospechar que no iba a ser todo tan bonito cuando el que vino era un malayo cincuentón, con muy malas pulgas y más feo que un dolor.
Más feo y con más malas pulgas se puso cuando, a pesar de todos los intentos de liarle y confundirle por parte de la cúpula directiva, las cuentas no le salían y los números cantaban desafinados por mucho que se intentasen edulcorar los resultados. Los holandeses pasaron de estar frotándose las manos por el estupendo negocio que habían hecho, a llevarse estas mismas manos a la cabeza preguntándose en qué lío se habían metido.

El tan esperado encuentro de plantillas se produjo y aquello fue….desamor a primera vista, mientras nosotros pensamos que eran una panda de gañanes, tuercebotas e informáticos de segundo orden, ellos pensaron de nosotros que éramos unos pardillos, finolis, resabiados y arrogantes con los que no tenían ni para empezar, ya que ellos curtidos en mil y una compras, fusiones, adquisiciones, estaban más que bregados en estas batallas. No tuvieron ni que esforzarse en dar codazos, ni en hacerse sitio a golpes, tenían la razón (la del dinero que paga), y se limitaron a empujarnos levemente mientras que nosotros nos quedábamos patidifusos unos, encolerizados otros ante tanta insolencia, y los más, lloriqueantes por lo que se avecinaba.

Conclusión, pocos vencedores (los que vendieron a buen precio), muchos vencidos (los que compraron y no supieron que ni unos ni otros entendíamos el negocio del vecino y nos mezclaron sin más ni más para desastre general, y los que se quedaron navegando a la deriva a la espera de otra compra, esta vez, no tan “ventajosa”). Y, por supuesto, muchísimos más cadáveres, entre los que se encontró Hortensia.


lunes, 3 de octubre de 2011

Curiosidad, Interés o Cotilleo. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que ayer leyó en una entrevista que le hacían a Carolina Herrera hija que lo que menos le gustaba de este país es “la curiosidad colectiva sobre la vida de los demás”. Supongo que quiso decir, haciendo gala de una elegancia sin par, que detesta el cotilleo o a los cotillas.

En esto, si es eso lo que quiso trasmitir, no puedo reprocharle nada porque, si para los comunes, para los de “a pie”, ser objetivo de cotilleo, por parte de vecinos, conocidos o gente de paso, ya nos resulta cuanto menos molesto, para una persona conocida, el número de personas que opinan (en casi todos los casos sin saber ni conocer), se inmiscuyen, soliviantan, con afanes casi siempre insidiosos, buscando la morbosidad, la noticia escandalosa, con el único objetivo de obtener un beneficio a costa de la vida privada de los demás, crece exponencialmente, encontrándose desprotegidos y hartos de que su intimidad ande en boca de todos.
Cierto es que algunos lo buscan, casi con desesperación, porque que hablen de ellos para bien o para mal, y a falta de saber o querer hacer otra cosa para ganarse la vida, les reporta pingües beneficios, efímeros, transitorios y temporales, pero bienvenidos para salir del paso.

Sin embargo, me gustaría romper una lanza, en esto de la curiosidad patria, ya que no es lo mismo curiosidad, interés y cotilleo.

No me parece mal que las personas se interesen por sus semejantes, es más, me parece una característica que no deberíamos perder (si es que es una característica colectiva nuestra), porque qué hay más humano que no pasar de largo cuando alguien está en un apuro, por ejemplo. ¡Qué habría sido de mi, si aquel día que casi me parto un tobillo en las escaleras del metro, no hubiese habido unas cuantas personas que se interesaran por mi, me atendieran, me acompañaran y me insistieran en llevarme al hospital, a lo que yo me negué tozudamente por aquello de no llamar más la atención!.

El ser curioso ya es otro cantar, aquí la línea que separa la curiosidad y el cotilleo es más fina y depende, en gran medida, de la utilización que hagamos de la información obtenida. Hay personas a las que les gusta saber de los demás para explicarse, para comprender y para entender los comportamientos que tienen, para dotarlos del contexto adecuado y no malinterpretarlos, o porque esa otra persona les resulta atractiva e interesante y quieren saber más. Y no porque quieran aprovecharlos para hacer daño, o para criticar a sus espaldas.

¡Ay, amigo, pero otras, otras….viven para el cotilleo!, da igual que sea la portada de no sé qué revista, el tertuliano de turno, el compañero de trabajo, o el vecino del 5º, parece que su única pasión en esta vida es el corte y el despiece. Todo lo que hacen los demás es criticable, está mal, es molesto, o pecaminoso, resulta desdeñable y lo más asombroso de todo, tienen una total y absoluta falta de memoria, y con un hilo hacen una madeja.

Por eso, aunque culpable de algún que otro cotilleo esporádico (me pregunto ¿quién no?), soy firme defensora del interés por el semejante, aunque no se le conozca de nada, compañero de especie es al fin y al cabo, y será o no por deformación profesional, y  respetando los límites, soy una incombustible curiosa.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mi amiga, Tu amigo. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que ha oído en alguna ocasión, a compañeros de especie varones hablar del particular concepto que tienen las mujeres de la amistad. Por primera vez y, sin que sirva de precedente (o sí, ya veremos), me adentraré en el mundo de los estereotipos, de las diferencias en cómo conciben ciertas cosas los hombres y las mujeres y, como no, caer en los errores de la generalización y la simplificación.
Porque seguro que de lo que digo, a todos se les ocurren unas cuantas excepciones a esta tan imperfecta regla.

Bueno, pues según estos compañeros de especie varones, las mujeres concebimos la amistad con vocación de temporalidad, pasamos de estar tremendamente unidas con otra mujer y, de pronto, por una tontada (al menos es como ellos lo definen), nos vamos al otro extremo o nos dejamos de ver casi para siempre. Otra de las cosas que parece, nos echan en cara, es que siempre tenemos roces y encontronazos.

Desde mi punto de vista, tenemos conceptos de amistad diferentes, aquí la primera generalización, ya que no todos los hombres, ni todas las mujeres nos ajustamos a los mismos clichés. Pero al hilo general, nuestros compañeros de especie varones son en esto de la amistad más superficiales, si tienen amigos de toda la vida los conocen, por supuesto, pero jamás hablan de ello. Es decir, parece que no les interesa lo que sienten, sus pensamientos más íntimos, cómo les afectan los acontecimientos y circunstancias si no es material, objetiva y tangiblemente, digo parece, ya que si es amigo verdadero les importa, pero antes se cortarían un dedo que hablar abiertamente de ello.

Frente a esto las féminas, vamos pertrechadas de pico, pala, martillo neumático y cuantas herramientas sean necesarias para entrar hasta el fondo si alguien nos interesa, hacemos auténtica minería personal, y podemos llegar a conocer de la otra, detalles tan íntimos y privados que harían sonar todas las alarmas.

Conocer tan a fondo a alguien supone saber de sus fortalezas y de sus debilidades, de sus “talones de aquiles”. Es, por lo tanto, una amistad arriesgada, ya que se expone mucho, y se tiene mucho que perder, y es ciertamente difícil que no haya ocasiones en las que puedas sentirte engañada, dolida, o decepcionada por la otra persona y viceversa.

Pero ni todas las amistades de las mujeres son tan profundas, ni todas las de los hombres son tan superficiales, aunque es más probable que dos mujeres que se conocen ahonden más que dos hombres, a los que les cuesta mucho expresar abiertamente todo lo que tenga que ver con sentimientos, emociones, sensaciones…

Lo dicho, frente al riesgo de una clase de amistad, está la seguridad de otra, pero aún así  a muchas mujeres nos gusta tener amistades seguras, y otras con profundo riesgo.

Estas últimas son las que nos llenan de verdad, a pesar del peligro (quien no arriesga no gana), son las que nos aportan luz en la oscuridad, consuelo, risas y calidez.  Porque como ya dije antes, mucho se puede perder, pero queridos colegas de especie varones, merece la pena.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La Canicería. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que una vez oyó decir a un gerente de su organización que la empresa vendía “carne”. Casi se le saltan los ojos de las órbitas, o peor, casi quiere arrancarle los ojos al autor de semejante despropósito, porque no hay que aclarar que ni Hortensia, ni el semejante trabajaban en una carnicería.

Aunque se pudiera pensar que es un hecho aislado, me temo que no, aunque no de una manera tan brutal y grosera, algunos componentes del staff directivo siguen pensando que las empresas cuyo negocio principal es el Outsourcing, mercadean con personas, y por lo tanto me pregunto ¿qué se puede esperar de ellas y de las compañías que dirigen respecto a las políticas de Recursos Humanos?.

Durante todos estos años en distintos departamentos de selección no he dejado de invertir parte de mi tiempo en combatir esta u otras ideas parecidas:
  Los que confunden la disciplina y la responsabilidad con el autoritarismo.
  Los que no conciben que dos compañeros cooperen, sino que sólo pueden estar relacionados mediante la jerarquía (uno manda y el otro acata), y si no cada uno hace su trabajo porque es un despilfarro de dinero, tiempo y recursos.
  Los que piensan que el cumplimiento del deber sólo se realiza si hay alguien detrás que te vigila.
  Los que miden el grado de satisfacción y motivación exclusivamente por la nómina.
  Los que creen que el sobreesfuerzo es un obligación, y una esclavitud, y no algo puntual que debe hacerse con un motivo concreto, un objetivo definido y por un tiempo limitado.
  Los que opinan que cualquier trabajo, excepto el suyo, no entabla dificultad y lo puede hacer cualquiera……

Pero ya me cansé de todo esto.
Primero porque me estaba pareciendo más a un predicador que a una seleccionadora.
Segundo porque yo tampoco estoy en posesión de la verdad y, por eso, dejo resquicios para la duda.
Tercero porque no conseguí nunca nada más que enfadarme sin hacerles mover un ápice sus ideas.
Cuarto porque me estaba convirtiendo en uno de ellos, todo el día, charleta va y charleta viene, distrayéndome de mi cometido.
Y quinto, porque para que uno cambie estas ideas simplistas, dogmáticas, intransigentes y recalcitrantes, debe hacerlo desde la propia reflexión, poniéndose en la piel del otro y con cierto sosiego pensar qué hay de verdad en todo ello, y con qué matices.

Para llegar a este punto auto-reflexivo, me gustaría lanzarles unas preguntas, pero para que las respondan en la más estricta intimidad, para que sus respuestas sean sinceras y honestas no, políticamente correctas:

¿Qué representan las personas en tu organización?
¿Qué esperas de los empleados de tu empresa?
¿Qué ofreces a cambio?

Y por último, aunque no menos importante,
¿Te gustaría ser un empleado de una empresa que considerase a las personas tal y como tú las consideras, que te exigiera lo que tú exiges y te ofreciera lo que tú ofreces?

Y cuando respondan a estas preguntas quizá, sólo quizá, dejen de vender “carne” o de mercadear con personas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Espías. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que siempre le han gustado las novelas y las películas de espías, esas tramas tan interesantes, que juegan hasta con el continuo espacio-tiempo, intrincadas, para que no consigas hasta la última palabra adivinar el final, a veces tan rocambolesco que un buen comienzo y un buen nudo queda chafado por un decepcionante desenlace.

Existe una gran variedad de espías, los primeros, como no, los más rutilantes, ésos que, un poco más y son casi súper-héroes, guapos, jóvenes, musculosos, elegantes y con un toque pícaro, entrenados en las más exigentes disciplinas físicas y psicológicas. Con un esmoquin impecable pueden hacer volatines con las piernas sin que se les mueva un hilo de la camisa. Los mismos que después de sufrir torturas inhumanas, sólo tienen un objetivo en la cabeza, salvar el código que librará a la humanidad de penalidades impensables.

Pero existen más, los secundarios, aquellos que son agentes de campo, informadores de medio pelo, contactos sospechosos, cebos, éstos, sin embargo, no cuentan con todas las habilidades de los primeros, ni con el reconocimiento de sus semejantes, ni con los favores en el arte de la seducción. A lo más que pueden aspirar es a ser héroes alternativos, porque muchos de ellos acaban sus días de manera abrupta. Son simples daños colaterales.

Y los que se dedican a tareas menos enigmáticas, aunque igual de intrigantes, los espías industriales, y aquí también hay categorías y secretos que van, desde aquellos que afectan a la salud mundial, a los que desnivelan la balanza comercial entre dos competidores.

Pero todo ello no es más que ficción, porque ¿existen de verdad los Espías?, por supuesto que sí, contestarían muchos sin dudarlo, pero yo creo que esa pregunta no se puede responder de manera categórica si no has conocido a ninguno, ¿alguien ha conocido o conoce a un Espía?, ¿alguno de vosotros, queridos lectores, es Espía?.

Yo hace muchos años, cuando era joven, escandalosamente joven e inexperta, conocí, no a uno, sino a dos, pero no supe que lo eran hasta hace muy poco. ¡Cómo iba a saberlo!, no llevaban sombrero, ni esmoquin, ni maletín, ni ningún bulto sospechoso en la americana, ni se hacían señas, ni hablaban en clave, pertenecían a un país que tiene una reina que debe ser el no va más contando chistes porque la apodan “Graciosa”. Era un matrimonio joven, extrovertido, simpático y afectuoso, de ese tipo de personas que te da gusto conocer a los que enseguida le das tu confianza y, por supuesto, Yo no era su objetivo.

En resumen, los espías existen, son reales, están entre nosotros, podemos incluso conocer alguno sin saberlo, porque lo que si hacen los espías es disfrazarse.

Desde que conocí tan terrible verdad, leo y veo las historias de espionaje con otros ojos, me resultan más cercanas, verdaderas, auténticas y mejores las que se despojan de tanta parafernalia superflua y nos hablan de los otros espías “los de andar por casa”, aquellos que pueden ser nuestros vecinos, que se camuflan entre nosotros, estas historias me resultan quizá mucho más inquietantes, debe ser que en el fondo veo más complejidad, arte e inteligencia en hacerse invisible que en destacar a toda costa.

Y además….mucho más misterioso, porque ¿Quién os dice que yo no soy una Espía?.

domingo, 21 de agosto de 2011

Código binario. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que todo empezó un buen día (o malo, según se miré), en el que encendió su portátil como siempre, y quedó congelado en el “escritorio”. Como ya estaba acostumbrada a las salidas de tono de su pequeña maletita, ejecutó sin inmutarse la solución informática de primer orden, hacer IPL, o lo que es lo mismo apagar y encender, confiando en que aquello daría resultado, pero no fue así, volvió a quedarse congelado en el mismo punto. Probó con otras opciones más avanzadas, como quitarle la batería, arrancar en modo seguro, pero nada de nada, quedaba suspendido en el mismo punto sin remisión. Estableció una “technical line” con su experto, pero tras muchos intentos parece que nada surtía efecto.

Cuando llegó el administrador del sistema, técnico provisional y queridísimo de Hortensia, se puso manos a la obra para hacer el diagnóstico preliminar y cuantificar los daños. Comando va, comando viene intentaba por todos los medios abrir el caparazón del bicho binario, que seguía dando muestras de una tozudez más propia de humanos en estado de extrema ofuscación y de animales de cuatro patas.
Hortensia se preguntaba ¿estaría malito, se habría empachado con un exceso de información? o ¿sería un mal de otro tipo, más bien una crisis de identidad, o nos estaba retando lanzando un órdago de “a ver quién puede más y quién tiene más que perder en todo esto?.

El caso es que de frente, por el lateral, por la puerta trasera, ningún acceso estaba disponible y cuando más se cerraba en banda, más crecía la tensión. De vez en cuando daba muestras de que la información estaba ahí, intacta, sin daño, pero inalcanzable para ellos, como si se regodease en su propio poder.

Y ése fue su gran error, no saber con quién se estaba jugando los cuartos, la pequeña maletita binaria acostumbrada a su pacífica usuaria que no hacía otra cosa que escribirle y leer correos, creía que todos los humanos de aquella casa eran iguales, pero no, su administrador, técnico provisional y queridísimo de Hortensia es un hombre pacífico y sosegado hasta que se le provoca, y no hay mayor provocación, mayor reto, que el que una máquina se le “ponga chulita” y más si funciona con unos y ceros.

Así que, desde ese mismo momento, se puso como único objetivo hacerle vomitar a “la máquina infernal” toda la información de una manera u otra, por las buenas o por las malas, o SÍ o SÍ. De nuevo empezó la lucha de titanes y de comandos, de dispositivos externos, de puertos USB no reconocidos. Hortensia no quería verlo, era una lucha sin cuartel.

Después de unas cuantas horas, todos agotados y de casi ya perdida la esperanza, el administrador del sistema, técnico provisional y queridísimo de Hortensia, les reunió a todos en la habitación donde se encontraba el origen de los desvelos y les comunicó que lo único que se le ocurría era que si el software no funcionaba, tendría que pasar al hardware. En pocas palabras extraer físicamente los discos duros para salvar la información, o lo que es lo mismo sacarle las vísceras al bicho binario.

Ya estaba con el destornillador en la mano cuando probó, por última vez, a intentar extraer la información, y…¡¡magia potagia!!, aquello se abrió como una florecilla inocente. Una vez descargado y salvado todo, volvió a enmudecer definitivamente.
Yo tengo una explicación que seguro que nadie comparte, la maletita, al oir la carnicería que se cernía sobre ella tuvo que decidir entre seguir con todas las consecuencias y asumir el despiece o, sin asumir la derrota total y absoluta, coger una salida honrosa que sirviese para minimizar daños.

Todos aprendieron una gran lección, los humanos a hacer copias de seguridad, la pequeña maletita binaria aprendió que el ser humano es único e imprevisible y que si le acorralas puede que la única solución que se le ocurra sea “Sacarte las tripas”.

miércoles, 27 de julio de 2011

Amy Winehouse o El caso de las niñas perdidas. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que mira las imágenes de Amy y, aunque ya no lo era, siempre ve reflejado en su rostro su cara de niña perdida.

Para la historia quedará siempre su final trágico, casi poético, pero no creo que ella lo viviera así, seguramente sería una vivencia dolorosa, tortuosa, un no encontrarse, un no querer lo que encontraba.
Imagino que,  a veces, el dolor indefinido por no saber es tan insoportable que buscas anestesiarlo de cualquier forma posible, buscando los peores refugios, los que además te autodestruyen.

Pero ella no es la única niña perdida, existen otras que se precipitan hacia su propio final trágico pero no poético, ya que no tienen una voz prodigiosa, ni millones de admiradores anónimos, para ellas, su única esperanza es ser rescatadas.

Niñas perdidas que no se quieren, o que necesitan castigarse por ser como son, usan como coartada la búsqueda de un cuerpo perfecto, y se pierden en el vómito y en la ausencia de alimento, para encontrar finalmente la piel pegada al hueso.

Niñas perdidas en la ausencia de objetivo vital, de metas personales, porque antes todo era fácil de conseguir y ahora todo está muy complicado. Piensan que no merece la pena, que todo da igual y queman el momento, sin vivirlo, embotando los sentidos, nadando en un cubilete de plástico, en una mezcla de garrafón y refresco, o probando la pastilla mágica, o en una fila de polvos blancos.

Niñas perdidas en la furia, en la ira contra sus circunstancias, contra sus “culpables”, sus mayores, sus iguales, cualquiera. Niñas tiranas, provocadoras, agresivas, que traspasan cualquier límite.

¿Qué hemos hecho para perderlas?
¿Qué podemos hacer para encontrarlas?

Quiero pensar que hay esperanza, porque hay otras muchas niñas que no están perdidas, que viven y nadan en ese mar unas veces tranquilo y otras, revuelto y embravecido.

Yo tengo una niña.
Le dejo señales, piedrecitas en el camino, por si se pierde, para que vuelva a encontrarse.

viernes, 22 de julio de 2011

Segunda Vida. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que existen familias endogámicas, y que ella conoció una.

Quizá por las circunstancias, siempre de un lado para otro, por toda la geografía española y, en muchos casos, teniendo que proteger su propia seguridad, la madre se propuso hacer de su propia familia, su propio sustento afectivo, no es que no tuviesen otras relaciones, las tenían, y muchas, pero todas ellas eran consideradas temporales, y sobre todo prescindibles, por eso crió a sus tres hijas para que fuesen más que hermanas, fuesen amigas, amigas íntimas y buscasen la ayuda, el consuelo, el apoyo y la confianza más que en ninguna otra persona, entre ellas. Lo hizo como lo hacen las madres, con la mejor de las intenciones, pensando que así las protegía más ante un entorno, a veces, muy hostil, encerrándolas en una bonita, confortable, preciosa y llena de amor jaula de oro, bajo un control estricto, aquel que sólo pueden detentar las personas carismáticas.
Pero, de oro o no, jaula al fin y al cabo, y una jaula no te deja volar libremente, ni desarrollarte como persona, ni hacer locuras cuando es el momento, ni madurar. Todo esto lo haces constreñido entre los barrotes, inacabado, incompleto.

Todas se casaron y tuvieron hijos, y todas, creo, notaron la ausencia de algo más, algo les faltaba y algo buscaban.
La mayor de las hermanas era una versión debilitada de la madre, controladora al máximo, bajo una apariencia extrovertida, vivaz y alegre, se escondía una persona asustada y depresiva, las jaulas no permiten desarrollar los músculos al máximo.

La mediana, siempre quiso decir no, pero confundió asertividad con traición, y buscó una alternativa, dijo no a su manera, evadiéndose en su mundo, siendo fantasiosa, perdiéndose en él cuando la convenía. Hizo suyo el lema “Vive y deja vivir” en su más amplia versión, incluso más allá de los límites razonables, por lo que nunca puso límites a nadie, ni a sus hijos que crecían torcidos y a los que no enderezó porque contravenía su lema.

Y la pequeña, simplemente, no creció, pasó a ser prisionera de otra jaula, menos confortable o con menos amor, en la que su carcelero le repetía cada día, cada minuto lo poco que valía, lo poco que era sin él.

Pero el pegamento que las unía era demasiado fuerte, su madre, ahora enferma, necesitaba más que nunca que fuesen una piña.

Yo la vi irse, y vi el pánico, no de desaparecer, sino de dejarles, ahora sin ella estarían perdidos y desorientados, y efectivamente así fue. Todos pensamos que tras la elaboración del duelo y de asimilar la pérdida, volverían, no sin mucha fuerza de voluntad, a tomar el control de sus vidas, lo que no sabíamos es que no tenían control de sus vidas y no sabían lo que querían ser.

Ya antes de la pérdida, las hermanas sí habían encontrado otra Segunda Vida, una virtual, un juego en el que puedes ser lo que quieras, creas tu propia vida, vas a fiestas, tienes amistades, aventuras, peleas, tienes una profesión, ganas dinero. Cada una en su ordenador, vivían su segunda vida, a veces juntas y otras separadas, libres, por fin, siendo lo que nunca se atrevieron, dando rienda suelta a todas sus fantasías, y además no violaban ninguna regla de la jaula de oro.

Y cuando la brújula se perdió y el pegamento se cuarteó y se secó, aquella familia empezó a desmoronarse por los cuatro costados.

El viudo que, conscientemente, había renunciado a ser él mismo para entregarse a ella, a disfrutar de lo poco que le quedaba, ya no sabía encontrarse, sí encontró a la peor compañera de viaje que puedes buscar, la copa, y ahí sigue, haciendo eses, zigzagueante, siempre.

La pequeña se liberó definitivamente de sus ataduras, pero como lo hacen las personas que no han crecido, huyendo hacia adelante, sin asumir los problemas, sin plantarles cara, sin tomar el control de su vida, escondiendo la cabeza, y resolviendo la situación de manera chapucera para acallar la conciencia y poder irse a kilómetros de su casa, de sus hijos, de su padre y…de sus hermanas.

Pero, vuelvo a repetir, el pegamento era demasiado fuerte, lo que has mamado desde la tierna infancia no puedes dejarlo a un lado sin más, y las tres se buscaban, y rompieron todos los lazos con esas amigas reales, con las relaciones que siempre fueron para ellas temporales y prescindibles, porque querían volver a ser ellas tres de nuevo, aún en la distancia. Entonces qué mejor que en la Segunda Vida.

En su mundo virtual no tengo cabida, en el real he dejado de buscarlas, simplemente, porque ellas no quieren que yo las encuentre.

viernes, 15 de julio de 2011

Terapia Vacacional. Mi amiga Hortensia dice...

Mi amiga Hortensia dice que cualquier mujer sabe que antes de maquillarse, aunque sea mínimamente hay que prepararse la piel, limpiarla y acondicionarla, de tal manera que cualquier maquillaje, por ligero que sea quede impecable. Si tienes una piel llena de impurezas y sucia, por muchas capas que te pongas el resultado es nefasto. Pues lo mismo pasa con nuestra mente, pretendemos divertirnos, repararnos, desestresarnos, renovarnos y prepararnos para lo que nos queda de año en las vacaciones, sin antes limpiarnos de nuestras impurezas, de la suciedad que vamos acumulando, igual que las capas de maquillaje, ponemos una sobre otra, y el resultado es descorazonador.

Jacobo era un hombre racional, metódico, algo maniático y muy poco dado a creerse cualquier cosa que antes no hubiese comprobado. Tenía un trabajo estresante como muchos y planteaba sus vacaciones, casi con el único objetivo de descansar, dedicarse a leer, disfrutar de la familia, tirarse a la bartola a ratitos y poco más, vamos como tantos otros. Y como tantos otros, volvía una y otra vez de las vacaciones con un regusto amargo, por volver a trabajar, se decía él, pero, en el fondo no se atrevía a confesarse a sí mismo que después de 335 días de arduo trabajo, los días de tan merecido descanso habían resultado un tanto decepcionantes (por nada en particular y por todo en general).

Un día de los que Jacobo salía a correr a orillas del mar, sin saber muy bien porqué, en vez de empezar, se sentó en la orilla a contemplar el vaivén de las olas, cómo se agitaban, cómo llegaban a la orilla y se llevaban cuanto encontraban a su paso para llevárselo mar adentro, y volvían y dejaban algo y volvían a llevárselo, una y otra vez, sin prisas, sin pausa, con cadencia infinita. No pensaba en nada, sólo en las olas, una y otra vez las olas entraban y salían incluso dentro de él llevándose algo y dejando a su paso calma. Despertó del sopor, miró el reloj, sólo habían pasado 15 minutos que le habían parecido eternos y comprobó con sorpresa que se encontraba más vigoroso que con su carrera diaria. Pero ya os he dicho que Jacobo era un hombre racional e impropio de él hubiese sido entusiasmarse con la sensación de sosiego, alivio y frescura que le recorría, así que lejos de alegrarse, se propuso comprobar otras sensaciones.

Llegó a su casa y se planteó hacer sólo una cosa a la vez, sin pensar en nada más. Se preparó el desayuno, concentrado al cien por cien en lo que estaba haciendo, cómo llenaba la cafetera, cómo calentaba la leche, cogía una tostada y cómo untaba la mantequilla, despacio, todo por igual, para que quedara uniforme, dando tantas pasadas como fuera necesario, cuando quedó satisfecho del resultado, le dio un mordisco y paladeó cada bocado, un sorbito de café. En definitiva, un desayuno nada sibarita, pero el más delicioso que recordaba.

Ya estaba muy picado, aquello le divertía y le intrigaba a partes iguales, pero no se lo terminaba de creer del todo, la próxima tarea sería más difícil, ocuparse de su enano, seguro que aquí habría otras sensaciones. Crema protectora, gorra anti-insolación, cubito, pala…El pequeño estaba encantado, su papá era bien distinto, no hacía el cuestionario de rigor de preguntas cortas, respuestas rápidas y breves, le dejaba explicarse, seguir sus argumentos, su propio discurso errático, caótico, infantil, que pasa sin más ni más de un tema a otro, y le miraba a los ojos, y deliberaban sobre la cantidad de agua que necesitaba la arena para compactar mejor y que el castillo no se desmoronase. Porque Jacobo no tenía prisa por terminar, no pensaba en acabar cuanto antes para irse a leer el periódico, estaba de nuevo concentrado totalmente en ese instante.
Probó y siguió probando con muchas, muchas cosas.
Un día miró a su mujer a los ojos como hacía tiempo que no la miraba, no con deseo (eso ya lo hacía muchas veces), sino con atención, absorto en lo que hablaba y en lo que decía sin hablar.

Para Jacobo fue todo un descubrimiento, personal y quizá, intransferible, porque cuando las cosas están maduras caen por su propio peso y salen con total naturalidad, casi sin esfuerzo, salen porque quieres que salgan.

Después de la limpieza marina y de estar en cada momento como si fuese único, saborearlo, vivirlo con intensidad, Jacobo, por primera vez en mucho tiempo, se sintió satisfecho.