Mi amiga Hortensia dice que tiene
una amiga, que no soy yo, que el otro día le envió unos videos de una psicóloga
chilena llamada Pilar Sordo que os recomienda encarecidamente.
Según esta psicóloga los hombres
tienen diez mil palabras y las mujeres veinticinco mil, las cuales utilizan de
distinta manera. Así como los hombres se dedican a emplearlas casi todas fuera
de las fronteras de sus relaciones maritales, personales, es decir fuera de su
entorno doméstico, las mujeres, en cambio, utilizan la mayoría dentro de él, y
de aquí viene, entre otros, unos de los mayores motivos de frustración de unas
y de desconcierto de otros.
O sea que los hombres
hablan….pero fuera de casa, es bueno saberlo, me quedo más tranquila, pues ya
empezaba a pensar que podrían ser presa de alguna extraña involución perniciosa
que les privase de la habilidad comunicativa.
Pero siempre voy un paso más allá
y me voy a comparar las grandes cifras, los grandes estudios, la generalidad de
los valores estadísticos, con la particularidad de mi hogar, con la
idiosincrasia de las personas que habitamos estas cuatro paredes que llamo “MI
CASA”.
Empiezo por mi queridísimo, y
digo: “¡Bingo!, esta mujer ha dado en el clavo”. Gastó sus diez mil palabras en
la oficina y no se ha dejado ni una para casa, suerte que yo no soy muy
charlatana, aún así tendré que hacerle ver las ventajas de administrarse bien
los recursos, sobre todo cuando son escasos. Y luego pienso, algún defecto
tendría que tener.
El otro hombre de la casa, ése,
es otro cantar, seguro que se hizo con las diez mil de otro muchacho
despistado, o de uno que no quería las suyas para nada, y ha atesorado más de
las que le corresponden, o eso, o es que no gasta nada en el colegio, ya que te
suelta las diez mil que tiene a bocajarro en cuanto llega a casa. No hay manera
de meter baza en ningún momento del día…ni de la noche porque habla en sueños.
Y mi hija, atesora sus
veinticinco mil como una avara, para ella sólo existe una manera de
utilizarlas, por teléfono con sus amigas. En esto sus padres, es decir
nosotros, estuvimos finos, por una vez, y tuvimos la precaución de contratar
una tarifa plana telefónica para no acabar teniendo que poner un candado.
Y yo ¿qué hago con mis veinticinco
mil?, si mi pequeño no me deja insertar ni una frase, mi hija es muda, solo
conversa cuando tiene un auricular en la mano y mi queridísimo es un manirroto
lingüístico, ¡¡¿qué me queda?!!
Hasta hace unos meses las
guardaba en un bote, a buen recaudo para que mi hijo no las encontrase (¡¡¡sólo
me faltaba!!!), luego me dedique a salir y cultivar amistades, pero (¡maldita
sea mi suerte!) me volví a encontrar con gastadoras compulsivas de palabras,
después las puse negro sobre blanco, en papel digital para que todo el que
quisiese las “escuchase”, pero no es lo mismo escribirlas que decirlas.
Así que he decidido que se acabó,
voy a proponer el PEP (Plan Económico de Palabras), para que cada uno de los
miembros de este ilustre hogar tenga una cuota, unos subiendo sus emisiones y
otro (el pobre niño) adecuando las suyas para que nos de tiempo a todos a
emplear las nuestras, y repartirlas de manera que todos nos sintamos más
satisfechos.
Y ahora que lo pienso ¿Qué he hecho yo con el bote de mis palabras?
No se puede decir que tú escatimes en palabras. Las gastas en persona, en el blog, por teléfono… lo del resto de la familia, me lo ahorro que me pueden :-D
ResponderEliminar¡Qué momentos más buenísimos nos ha hecho pasar Pilar Sordo!... todo un descubrimiento, ¿a que si?
ResponderEliminarQuerido Gestor, las palabras escritas no son como las habladas, rebotan, y rebotan y tardan tiempo en ser contestadas. El resto te diré que quizá tú sufras las consecuencias de mi acumulación excesiva de palabras, las que no puedo gastar en casa todos los días, jaja.
ResponderEliminarSí, Pilar Sordo es para no parar de reírse, cierto, todo un descubrimiento.
Ahora mismo no sé si hablar o callarme... ¡Juraría que también a mí me dieron alguna de más! Pero con rodearte de gastadoras compulsivas de palabras, se soluciona. ¡Si seremos capaces de explicar cosas en unas horas! ¿A que sí? ;)
ResponderEliminarBesazo!