Mi amiga Hortensia dice que es
tiempo de controles de alcoholemia, normal, si contamos con la cantidad de
comidas, cenas y hasta desayunos de empresa y familiares que se dan en esta
época.
Nunca me han parado en uno de
esos controles, y no he soplado por el tubito en mi vida, aunque a tenor de lo
que bebo (alcohólico, porque de agua y refrescos soy una esponja), daría un
hermoso, bonito y alardeante 0,0.
Pero voy a hacer un brindis
virtual, no creo que me atreva a hacerlo en persona delante de mis comensales
de esa noche.
El 2012 ha sido un año con
muchos sinsabores, y con algunas cosas dignas de reseñar, de las que ahora no
me acuerdo, lo que ha terminado de afearlo definitivamente es que todos los que
lo empezaron no han podido terminarlo. Por mi parte, comencé el año perdiendo a
una amiga y lo voy a finalizar habiendo perdido a mi padre, cosas de la vida,
hay años que visitas varias veces el tanatorio y otras ni te acercas. Por este
motivo no voy a caer en la tentación de brindar por el nuevo año, porque sea
mejor (que lo espero), aunque sé positivamente que siempre hay mucho margen
para empeorar.
El año que viene será como sea y
se irá desgranando día a día, lo de hacer balance es un artificio humano, nos
gusta hacer resúmenes de todo.
Este brindis es por todos
vosotros, por aquellos que esa noche compartiréis conmigo mesa y mantel y por
todos los que estaréis compartiéndolo con otros.
Os deseo que viváis cada día de
este 2013 que se estrenará, no como si fuera el último (¡qué angustia!), sino
como si fuera Único, como de hecho es, no habrá otro día igual en vuestras
vidas, para bien o para mal.
Porque hay un momento para ir
deprisa, deprisa, atropelladamente sin tiempo para nada, y otro momento para
parar, tomarse un respiro y hacer lo que sea que debamos o queramos al ritmo y
cadencia que el asunto requiera.
Porque hay un momento para hacer
varias cosas a la vez, y otro para realizar solo una, en la que se concentre
toda nuestra atención, nuestro interés y nuestra energía, sacándole todo el jugo a esa experiencia.
Porque hay un momento para el
control y la planificación y otro para dejarse llevar por los acontecimientos,
quién nos dice que no es ese el camino que nos llevará a cumplir nuestros
objetivos.
Porque hay un momento para la
angustia, la desesperación, la pena y la tristeza y otro para preguntarse si
todo eso nos servirá para seguir.
Porque hay un momento para dejar
para mañana lo que podrías haber hecho hoy, y otro para hacerlo, no vaya a ser
que el mañana nos pille a contrapié.
Lo difícil es saber cuál es el
momento adecuado para cada cosa, lo cual me lleva al último: hay un momento
para equivocarse, no somos infalibles.
Os deseo por tanto que piséis
fuerte cada día del calendario, que no haya ninguno que se quede en blanco,
anodino.
Y un brindis por los que ya no
están, que sin querer o queriendo, ya han dejado su huella en nosotros, como
los tatuajes, algunos brillantes y llenos de colores, otros cargados de
significado, todos indelebles para el recuerdo.
Por 365 días intensos, calmados,
alegres, tristes, caóticos, ordenados, sencillos, complejos, desesperantes,
esperanzadores, libres….llenos de vida.
Chapeau!
ResponderEliminarVamos a por ese 2013. Quédemos con lo bueno del 2012 y pasemos por encima de lo malo que nos ha dejado este año.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y mis mejores deseos para el año nuevo