martes, 14 de febrero de 2012

Atracción Fatal. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que cuando empezó la carrera tenía unas expectativas sobre su profesión que fueron cambiando a lo largo de los años de formación. Como la gran mayoría de los que empiezan a estudiar Psicología, la Clínica es la rama que focaliza el mayor interés y con el aprendizaje, los años y después la experiencia modificas o no tus gustos y diriges tus pasos hacia otros derroteros o persistes en ellos. Yo cambié los míos alejándome del tratamiento de patologías más o menos leves, para centrarme en las organizaciones empresariales.

Pensé yo que, al margen de que las empresas son personas, que en este ambiente no me toparía con patología alguna salvo la que se da en la gestión de las relaciones, de los equipos, de las habilidades comunicativas, pero no a nivel individual, pero como si fuera un imán a lo largo de estos años me he encontrado con algunas personas o personajes que han contradicho esta suposición.

Dependiendo de la posición de esta persona en la organización y de su nivel de desequilibrio mental, el impacto en tu vida laboral (e incluso personal) puede ser leve, anecdótico o causarte grandes quebraderos de cabeza.

Hace años tuve una jefa que tenía tantos problemas (mentales) que no había por dónde cogerla. Además de una gran claustrofobia, lo cual no suponía ningún impedimento para el devenir de nuestra relación laboral, era caótica e imprevisible, tenía una manera pintoresca, a modo de ver de algunos, de tratarse con la gente, si eras hombre y con buena posición después de un breve coqueteo, pasaba a un trato provocativo y sugerente y lo más gracioso es que también lo hacía por teléfono por lo que infinidad de veces parecía más bien una línea erótica que un teléfono de incidencias. Y acto seguido, cambiaba a modo ogro paranoico gritando como la mejor de las sopranos y buscando enemigos, confabulaciones, complots secretos; todo el mundo, en especial cualquier mujer que pasase por allí, quería quitarle el puesto (¿en la línea caliente?). En medio de este desatino el trabajo se resentía, salía a trompicones, sin organización y cuando esto sucede los damnificados siempre son los mismos. De ahí salí a otro proyecto espantada, pero mentalmente entera.

Crees que una vez que te tropiezas con un ser semejante ya has cumplido tu cuota.

Después de unos años, casi olvidado el incidente recalé en una de las mejores empresas que he conocido y de la que guardo grandes recuerdos y enseñanzas…y dos patologías más, una leve y la otra que en algún momento nos tuvo hasta algo atemorizados al resto del equipo.
Aquella muchacha parecía del todo natural, quizá algo seria y taciturna, pero era una auténtica Caja de Pandora, cuando la destapas….Pasaba meses de normalidad aparente, pero otros en los que discutía con todos (jefe, clientes, usuarios, candidatos, compañeros), saltaba la espoleta por cualquier nimiedad y se desataba la tormenta, ya no había control, el escándalo estaba servido allá donde estuviese y estuviese quien estuviese delante, acobardaba de veras, porque te gritaba enrojecida de furia “me las vas a pagar” (a veces pensamos que un día, enloquecida de verdad, hiciese cualquier locura y sucediese una auténtica desgracia). Al día siguiente venía como un corderito, melosa como un gato ronroneante. Cuántos en esa oficina que no presenciaron sus desvaríos creyeron su paranoia delirante y pensaron que era una pobre víctima y nosotros, el departamento entero, los más crueles verdugos.
Cuando se fue, todos respiramos aliviados. Todos, supuse yo, y pensé que el estado de ánimo de alguna había estado condicionado por la experiencia extrema, pero fueron pasando los meses y la más joven de todas, seguía en un estado letárgico de tristeza. Hasta que descubrimos que era su estado normal, chupaba la energía de los demás como si se tratase de un gran agujero negro, con lo que superada la primera fase de compasión y complacencia, seguía la segunda, de huída y alejamiento para no dejarte arrastrar hacia la melancolía laboral y preservar tu salud mental. Gracias a que el equipo estaba compensado, frente a la atonía de este miembro, otro, era el huracán que nos daba la vida, el empuje, la alegría (ya sabéis que suelo tener buena conexión con los huracanes).

Y estaba por venir la patología en estado puro, el más extremo, aquel sujeto del que ya hablé en su día y sobre el que no volveré a insistir.

Concluyendo, lo mío no puede ser casualidad, tantos desórdenes en un medio tan poco habitual, por algo me pasa, aunque todavía no he descubierto qué lección quiere el orden cósmico que aprenda.

lunes, 6 de febrero de 2012

Diez cosas a la vez. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que hacer varias cosas a la vez nunca ha sido su fuerte, aunque Paz Vega se empeñe en mostrarle las delicias de poseer esta habilidad mientras corretea, eso sí perfecta y guapísima, por la calle. Nada menos que diez cosas a la vez, ni dos ni tres, sino diez, ahí es nada, la quintaesencia de la multitarea, como si fueras la mujer orquesta o un pulpo de mujer.

Pero yo, repito, debo tener  algún fallo en mi estructura neuronal porque a pesar de poner todo mi empeño, sólo he conseguido hacer, a lo sumo, dos tareas, una de ellas mecánica y la otra no muy compleja, aquella que no requiere la intervención de mis más altas capacidades intelectuales. He puesto empeño y algo he conseguido, porque todavía recuerdo aquella vez que intenté bajar las escaleras del Metro mientras sacaba el billete del bolso y me pegué un trompazo tal que estuve quince días escayolada.

No dudo que si quisiera podría hacer diez o quince o veinte cosas a la vez pero con un nivel de eficacia nulo, por eso ni siquiera considero esa posibilidad.

He dicho que he puesto todo mi empeño, quizá no sea del todo cierto, el caso es que tengo serias dudas:

Dudo de la eficacia de hacer varias cosas a la vez, hay tareas que requieren toda mi atención, todo mi empeño y todo mi interés, y me gusta hacerlo así.

Dudo de la conveniencia de difundirlo y de alardear de ello, es un arma de doble filo, el otro, herido en su orgullo, en vez de tomarlo como una oportunidad de aprendizaje, de ahorro de tiempo y de capacitación, te endilga sin más miramientos su tarea (ya que tú puedes hacer varias cosas a la vez) y así ahorra todo el tiempo, el suyo, no el tuyo.

Dudo de la valía de dicha habilidad por encima de otras, en mi caso valoro otras que poseo.

Dudo que sea nuestra mejor cualidad como féminas (si es una cualidad femenina, yo, por ejemplo, no la tengo).

Y dudo de su utilización como arma arrojadiza contra nuestros compañeros de especie varones. (Sí, sí, muy hábil, pero mientras tú haces diez, él una y encima la publicita mejor).

Pero lo de ahorrar tiempo para emplearlo en otros asuntos es algo que empieza a gustarme, y por ello, creo que voy a seguir intentando hacer algunas cosas menudas, las que tengo muy automatizadas, al mismo tiempo (menos bajar las escaleras y buscar algo en el bolso, eso, descartado), para probar, a lo mejor le cojo el gustillo, me aficiono, y con mucha, mucha práctica me hago experta en multitarea (Paz Vega podrá estar orgullosa de mi).

Pero mantendré la boca cerrada, nada de fanfarronear al respecto, primero, para no crear falsas expectativas, segundo, para poder emplear el tiempo libre en lo que yo quiera, tercero, y como consecuencia de lo segundo, para no dar lugar a que otros descarguen sobre mí sus quehaceres, y por último, porque, en fondo, sigo pensando que es más importante el Cómo se hacen las cosas, lo satisfecho que quedas cuando las haces o mientras las estás haciendo que....Cuántas haces a la vez.

lunes, 30 de enero de 2012

Zona de Confort. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que mucho se habla de la zona de confort, de nuestra zona de confort, en pocas palabras, de ese espacio vital en el que estamos tan a gusto, tan protegidos, tan seguros, controlando casi todos los detalles, nuestra vida transcurre con cierta previsibilidad, pero con pocos cambios, por el mismo surco ya trillado, aquel que algunas o muchas veces ya no funciona, ese mismo que algunas o muchas veces ya nos deja insatisfechos, hastiados y frustrados.

Pero salir de la zona de confort no es fácil, da mucho vértigo, produce incomodidad y pereza, porque lo malo conocido es mejor que lo bueno por conocer, o quizá no?.

Y en esto estaba yo, tan cómoda y calentita con mis cosas, cuando por azar o porque era el momento, decidí apuntarme a un grupo de trabajo de antiguos colegas.
Y sin saber ni cómo ni por qué he salido de mi zona de confort o, por lo menos de estar “confortablemente” desocupada, a estar más enfaenada que cuando estaba profesionalmente en activo. Se me acumulan las reuniones, las tareas, las conferencias y empiezo a estar pendiente de los plazos, de los correos electrónicos, de instrucciones que van y vienen, de malentendidos, y de más reuniones….y del diccionario porque después de tantos años alejada del academicismo de mis colegas, concentrada en otros menesteres más pragmáticos, no entiendo nada, parece que hablan en arameo y trato de rescatar del baúl de mi memoria, escuelas, autores, teorías, términos que dejé enterrados hace años cuando acabé la carrera allá por el Pleistoceno.

En las 2 primeras reuniones no abrí la boca ¿para qué?, mejor observar el panorama, embeberme del conocimiento que fluía por doquier y buscar por mi cuenta la lista interminable de palabros y conceptos que no entendía. Un día me decidí a hablar y no estuvo mal, me vine arriba como siempre y pensé que eso del arameo estaba “chupao”, pero en la siguiente, el debate se puso profundo de verdad, más bien oscuro, aquello debía ser un dialecto antiguo, porque volvía a estar fuera de onda, puse cara de total entendimiento, incluso fruncí el ceño un par de veces para mezclarme con el calado de las intervenciones y me puse las gafas, que me dan un aspecto mucho más intelectual.

Quedaba otra vuelta de tuerca. Me encontraba unos días arriba y otros abajo, haciéndome poco a poco con la lingüística, cuando me pidieron que me encargase de una tarea sencilla, la hice y en recompensa (¿?) pasé a jugar con los mayores, en división de honor. ¡Qué honor!, un honor que no he pedido y que sinceramente no creo merecer y no lo digo por falsa modestia, simplemente a las pruebas me remito. Ahora soy responsable de una comisión de trabajo, unipersonal (de momento), lo que supone, proyectos, objetivos, plazos, compromisos, más tareas y por supuesto, más reuniones….reuniones en las que ya no se habla arameo, se habla griego clásico (¡maldita sea mi suerte, para un aprobado general en todo mi expediente y ahora lo necesito como el comer!).

En el primer comité de responsables dije obviedades, repitiendo con distintas palabras aquello que mis colegas decían, en el segundo hice voto de silencio, esto te hace resultar más interesante, pero empiezas a focalizar la atención sobre ti, porque mientras los demás se desgañitan hablando todos al mismo tiempo, tú, que quieres pasar desapercibida (¡por favor que nadie me pregunte!), relumbras como un faro, eres rara.

¡Qué lío tengo!, de momento estoy haciendo un curso acelerado para ponerme al día, con lo que si tenía ya alguna sobre carga, ahora más.

O sea que salí de mi zona de confort para meterme en una montaña rusa que no se qué me deparará, soy positiva y creo que cambios enriquecedores, pero el hecho es que estaba tan cómoda y calentita con mis cosas, y ahora tengo frío, mucho frío.

lunes, 23 de enero de 2012

Marujas Asesinas. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que lo de las marujasasesinaspuntocom ha traído cola. Después de los calamares y de la peluca que era anecdótico, lo otro parece que tiene un poco más de enjundia y hay que aprovecharlo.

Una segunda reunión en Madrid sirvió para sentar las bases preparatorias de lo que será nuestra I Reunión Nacional de Marujas Asesinas. Como esta primera reunión se celebrará en Barcelona, nos repartimos el trabajo de la siguiente manera: nuestras amigas de allí, prepararán la ciudad para recibirnos por todo lo alto y nosotras hemos roto la hucha del cerdito para comprar el billete de avión, el más barato, ése en el que la azafata te da un Red Bull para economizar combustible.

¿En qué consisten estas reuniones?, ni más ni menos que en reuniones de trabajo muy provechosas, charlas, te ríes, te conoces, cuentas experiencias, cambias impresiones, te vuelves a reír, se te pasan las horas como si fuesen minutos, te abrazas, te vuelves a reír, en definitiva, una reunión de trabajo al uso. Yo ya he tenido dos y de ellas he obtenido grandes beneficios.

Pero empezaré por el principio. Para planificar un viaje semejante hay que tener todos los detalles atados y bien atados, hacer un presupuesto, fijar un techo de gasto privado, decidir qué es prescindible y qué no lo es, organizar la logística y coordinarse entre varios para hacerlo todo al mismo tiempo.

La segunda reunión se complicó en lo que a resolver todos estos pormenores, después de 8 horas de arduas deliberaciones y de mandíbulas desencajadas, abrazos, besos y “todavía queda tiempo para la penúltima”, nos volvimos a casa sin haber resuelto nada de nada (como en una reunión de trabajo al uso), y es ahora cuando se plantea, de cara a formalizar estos detalles sin importancia, la urgencia de abordar estos temas.

Para empezar no tenemos un presupuesto, tenemos la idea de cuanto menos mejor que mejor y si pudiera ser gratis, fantástico (lástima que no podamos desmaterializarnos como en Star Treck), por eso estamos buscado el billete de avión más barato, hemos descartado el tren, y el coche, porque supondría salir muy pronto, y otra de las cosas de las que escaseamos es de tiempo. El techo de gasto es más bien suelo de gasto, pero como no podemos pedir un crédito al ICO, ahora estamos barajando otras posibilidades, a saber, NO DORMIR, nos ahorraríamos el hotel, pasaríamos directamente de la tasca al aeropuerto sin pasar por la cama (esperamos, queridas amigas que nos acompañéis tooooda la noche porque si no, me veo abriendo de nuevo el campamento de los indignados de Plaza Cataluña).

En este punto nos encontramos atascadas y no podemos seguir, depende de si nos damos un gusto descansando nuestros no tan lozanos cuerpos o, valientes y arrojadas como somos, pasamos a modo Non Stop cogiendo el primer vuelo de la mañana, así sabremos qué tenemos que meter en el equipaje, incluso, si tenemos que llevar equipaje.

Y ése es otro de los puntos críticos, el equipaje (ya sé que es un clásico, “el qué me pongo”, pero en mi caso real como la vida misma), y por mucho que me empeñe en hacerle entender a las autoridades aéreo-portuarias que no soy MacGyver  y que con la pasta de dientes y el desodorante soy incapaz de elaborar un arma química en 50 minutos (y aunque estuviese toda la vida intentándolo) ellos, erre que erre, siguen el protocolo a rajatabla y me colocan en la disyuntiva de facturar con todos mis cachivaches de reconstrucción facial o llenar el equipaje de mano de diminutos botecitos transparentes y muestras de potingues que nunca he utilizado.  

Realmente esto tiene mucho más encanto y es tremendamente más divertido que andar sacando la Visa Oro sin preocuparse de la minuta.

Y a lo mejor, o a lo peor más bien, cuando seamos mundialmente famosas por Marujas Asesinas y no tengamos que romper la hucha, ni buscar los vuelos más baratos, o prescindir de la cama para las siguientes reuniones que podrían ser en destinos como Vancouver, Berlín o Tokio, nos acordaremos de la primera, sin duda, la más auténtica y entrañable de todas, nuestra I Reunión Nacional de Marujas Asesinas.

lunes, 16 de enero de 2012

La sustituta. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que los grandes avances en la medicina han depositado en nosotros la creencia de que ahora, en este momento, es casi todopoderosa, infalible. Pero cada día nos damos de bruces con la evidencia de que esto, no es así, existen enfermedades incurables, síntomas que no se sabe a qué responden y, al margen de errores y negligencias, la certeza absoluta, la vida se acaba a veces por razones que no entendemos o nos negamos a reconocer.

Como ya saben alguna de mis amigas, he tenido una semana muy intensa, teniendo que viajar a Oriente a visitar a los Magos, un viaje que tuvo sus complicaciones. Sería por esto, por las arenas del desierto, por la sequedad del ambiente, por la falta de agua ingerida, por el cansancio o por tener que tirar de los perezosos camellos, el caso es que empecé a sentirme dolorida. Creyendo reconocer los síntomas, ya antes había tenido un cólico de riñón, como otras veces le puse remedio, consumiendo cantidades ingentes de agua mineral (creo que subieron las acciones de la compañía), y un poco de calor local, pero lejos de remitir los síntomas, fueron a peor.

Los servicios de urgencias en esta época están abarrotados después de los excesos navideños, además no consideré que aquello requiriese horas de espera y molestias innecesarias a profesionales que están para algo más que minucias como las mías, así que confíe en la Atención Primaria, y decidí hacer una visita a mi doctora (de paso le felicitaría el año). Esperé dos días a ser atendida, parece ser que aquí también había atasco, pero lejos de impacientarme lo tomé como un período de prueba por si pasaba el acceso.

Ayer me planté en el Centro de Salud, sin dolores aparentes, ya que esto mío que tengo no es constante, unas veces duele y otras no, lo cual es fastidioso porque en ese momento no sabes muy bien dónde y cómo relatarle al galeno la fuente de tus males.

Nada más salir a recibirme vi que no era ella, otra doctora la sustituía, y cuando me senté en la consulta empezó la función: para empezar, una clase de anatomía (lástima porque no me había llevado el bloc de notas) ahí empezaron las dudas sobre si el riñón, el lumbago, el sacro (creo que no era el Imperio Romano)…Yo no discuto con el profesional que tengo enfrente porque asumo que sabe más que yo, pero lejos de facilitarle la tarea diagnóstica, empezó a dudar de su propio criterio.
Pasaban los minutos y nos adentrábamos cada vez más en la incertidumbre. Ella agazapada detrás del ordenador, esperando inútilmente que el bicho binario le diese la solución, le aportase algo de luz. A mí, se me ocurrían varias opciones para sacarle de esa encrucijada, un brainstorming, un comité de sabios, una encuesta de población, ¿quizá una exploración? (me han dicho que en algunos casos funciona). Por varias veces hizo y deshizo lo mismo, pedir o no una analítica, lo cual, al final consideró innecesario ya que sólo detectaría pequeñeces como infección o sangre en la orina.

Seguíamos atascados en el diagnóstico y, por supuesto, en el tratamiento, y a punto ya de abandonar ese sinsentido, veo que se levanta lentamente de la silla y me propina dos puñetazos en sendos riñones. Desconcertada yo, ella, tan fresca, me pregunta que si me ha dolido…como médico no me estaba dando mucha confianza pero como púgil habría podido tener una brillante carrera.

Me levanto como puedo, con una receta de calmantes en la mano (ahora, ya la necesitaba) y me despido con la esperanza de que no se vuelva a cruzar en mi camino.

Como sigo en el mismo estado no sé qué decisión tomaré más adelante, a lo mejor me decido a molestar al servicio de urgencias con “mis minucias” o quizás pruebe de nuevo en el Centro de Salud, asegurándome de que no me visitarán sustitutos y por supuesto y antes de nada….Cubriéndome muy bien la retaguardia.

martes, 10 de enero de 2012

Colegio Europa, balance 2011. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que ha sido un 2011 turbulento para este Colegio Europa, lleno de tropiezos, sinsabores, luchas de poder, tiras y afloja. Muchos han caído por el camino y otros muchos pagan las consecuencias de los que quieren ir despacio porque la situación les favorece. Y todo esto queda para el recuerdo….

Angelita está loca de contenta, por fin parece que se va imponiendo la cordura y una comisión disciplinaria de la “I1” ha dejado fuera de combate a su delegado Silvio, un crío grosero, procaz y bullanguero, juerguista nato, que siempre andaba metido en líos y levantando las faldas a las muchachas. Dicen, pero esto son sólo rumores, que prometía pasar las preguntas de los exámenes a cambio de favores poco legítimos. Se presentaba a las reuniones con aire de casanova trasnochado y arrogante, dándoselas de importante.
Ahora, le han hecho dimitir y han puesto en su lugar a Mario, serio como un enterrador y más tieso que un palo. Cierto es que las circunstancias no invitan a la risa, se prevé una fuerte oposición a sus medidas restrictivas y algunas voces argumentan la falta de legitimidad y reclaman elecciones anticipadas.

Aunque no todo fueron buenas noticias, mejor dicho el resto, fueron penosas.

La “G” está en pie de guerra, después de que el pequeño Yorgos tuviera que salir por la puerta de atrás ante el desastre más absoluto, les han impuesto un castigo ejemplar y un plan de recuperación asfixiante, teniendo en cuenta que muchos de ellos tienen que compatibilizar sus estudios con trabajos extras, no sé de dónde van a sacar el tiempo material para alcanzar los objetivos (¡Ay, Angelita!, quizá no te acuerdes cuando Nicolás y tú no llegasteis a las expectativas esperadas y acomodasteis los plazos, o sí te acuerdes y pienses que unos son más merecedores que otros de cierta “manga ancha”).

Y peleas de gallos…

Definitivamente José Manuelito y el pequeño Herman han hecho buenas migas, ¡tan distintos, y ahora se les ve todo el día juntos!. A Nicolasete , esto no le hace ni pizca de gracia, ¡qué se habrán creído esos dos!, están tomando un protagonismo que no merecen, los verdaderamente importantes son los delegados, los que en último caso toman las decisiones, el Consejo Escolar es un órgano consultivo, que se creó con el único objetivo de aparentar que todos eran iguales, que no había unas clases más poderosas que otras y que el valor de las decisiones que se tomasen era igual partiese de donde partiese. Y además han salido respondones. No paran de dar ideas, de publicitarlas sin permiso, de oponerse a lo que piensa Angelita…bueno y él mismo. ¡Hasta el mismo Barackito les ha invitado a su colegio, qué desfachatez!.

Y viejas rencillas…

David se dirige a la reunión de delegados parsimoniosamente, nada de andar corriendo por el patio, eso denota mala educación, las carreras son para las competiciones (por cierto, él, las gana todas). El aula B1, de la que es representante, está alejada del resto, es el módulo más antiguo del colegio y los demás se construyeron a posteriori. Sabe que el resto de delegados no le miran con buenos ojos por sus posiciones segregacionistas, querer estar en un grupo sin dar nada a cambio no está bien visto por el resto, para ellos es su única manera de marcar diferencias.
Hace años, la B1 y la F estaban más hermanadas, sobre todo cuando la A tuvo aquel arrebato belicoso al que tuvieron que poner coto entre todos, pero las cosas han cambiado desde entonces, para David la F se ha comportado de una manera desleal, arrimándose tanto a Angelita; para Nicolasete, es la B1 la única causante de su “aislamiento” ya que se comportan con los demás como si tuviesen la peste bubónica.

La situación no mejoraba…

Hace poco hicieron un muestreo y los resultados han sido muy decepcionantes, los niveles de rendimiento, lejos de mejorar, empeoran a cada momento y cada vez hay más clases en situación crítica, no sólo la G, la P, la I2, ahora la I1 ha levantado una auténtica polvareda, la E se precipita porque además tiene un problema añadido, nadie requiere de sus servicios. 
La reunión de rescate se vaticinaba bronca y agria, las posturas enfrentadas, no había recetas mágicas, ni la situación cambiaría de hoy para la mañana. Y en medio de todo aquello…cientos de muchachillos a los que una vez más se les pediría, y no por última vez un gran esfuerzo.

Colegio Europa 2012,…Continuará?

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Bocata de calamares, Peluca de colores y Marujasasesinaspuntocom. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que en Navidad todo es posible, hasta que las amigas cibernéticas se vean las caras, se toquen, se abracen por fin, y se reconozcan después de tantos y tantos correos por la red.

Pero fieles a nuestros objetivos no podíamos quedar sin hacer gala de todo lo que nos une, y por tanto, nuestro motor, la que nos lanza a la increíble aventura de viajar por los bites y bytes, y se enfada porque somos perezosas y no estudiamos nada, y preguntamos siempre lo mismo, y perdemos los +1 y no sabemos subir las fotos decentemente, nos mandó un  documento de posicionamiento NEO (Navidad Extraordinariamente Organizada).
Sin ningún afán de provocarla, pero con las prisas, me dejé en casa el manual, me acordé de casualidad del lugar y hora de la cita, y me olvidé por completo, por puro despiste, de expectativas, interrogantes y dudas sobre cómo saldría el experimento.

Antes de nada os comentaré que en mi vida he tenido dos citas a ciegas, la primera me salió redonda y la segunda.....

Llegué la primera (ya podría haber sacado de británica alguna otra cualidad que no fuera la puntualidad, no sé, quizá un don innato para el idioma…). Ni dos segundos duró esa sensación incómoda de no saber qué decir, por dónde empezar, porque a partir de ese momento, me encontré felizmente noqueada por un espíritu libre, lleno de energía vibrante, como un huracán que te sacude…no, más bien hipnotizada. Cuando llegaron mis otras dos ciber-amigas, comprendí que una de ellas bullía como sus ollas, llena de vitalidad, pensé que nunca encontraría a alguien que tuviese la risa más fácil que la mía, y la otra no podía dedicarse a otra cosa que a hacer arte con la plata, es, en esencia una artista sin artificios.

Mientras, nosotras a lo nuestro, a llenar el estómago en este Madrid navideño atestado de gente en estado, unos de embriaguez, otros de compulsión consumista, los más, con los enanos deambulando de un sitio a otro. Pero era lunes y teníamos el tino un poco desviado, así que cada sitio que se le ocurría a nuestra intrépida ciudadana del mundo estaba cerrado. Es un misterio que ella haya llegado a la edad adulta sin haber sufrido un atropello mortal, eso que seguro que ha estado en ciudades más peligrosas que la mía y con un tráfico más caótico, pero su manera de cruzar es simplemente suicida.

Acabamos comiendo un bocata de calamares, típicamente grasiento, en un bar típicamente abarrotado de gente, y nuestra artista haciendo malabares para no arrojarnos por segunda vez la copa de vino, la primera había caído por milímetros fuera de la máquina de fotos nuevecita de nuestra visitante. Nuestra cocinera, nueva emprendedora y seria aspirante a un trabajo por cuenta ajena tiene una vida que es un sainete y un humor y alegría vital a prueba de bombas.

Sin humor no hubiese sido posible que personas adultas, maduras, vamos…señoras (aggg, me sigue sentando fatal), se pusiesen unas pelucas de colores mientras se hacían las fotos pertinentes con el chino que las vendía, y paseasen sus testas coloreadas por la Gran Vía, entrasen en una taberna muy chic dando el cante, lo que sirvió para que las invitasen a las copas.
Y por casualidad se me ocurrió decir que tuve un grupo de danza del vientre que era tóxico, era una panda de marujas asesinas, entonces, mi querido huracán, tuvo un arrebato, llamarnos marujasasesinaspuntocom (seguro que ya está registrado), pero doy por sentado que encontrará otra variante que nos vaya al pelo.

Me fui como si en vez de seis horas hubiesen pasado seis minutos, y para no ponerme sentimental solo os diré que mi segunda cita a ciegas...también salió REDONDA.