Mi amiga Hortensia dice que el tema de la conciliación entre vida personal y laboral corre el peligro de quedar en una bonita utopía a la que nadie hace caso por inalcanzable, o lo que es peor, en una burda utilización propagandística y de tintes electorales.
La conciliación no es exclusiva de las mujeres, ni de las parejas con hijos, la conciliación es para todos y a todos les afecta positivamente, casados, solteros, viudos, divorciados, con pareja, sin pareja, con hijos, sin hijos con idea de tenerlos o para los que ni siquiera se les pasa por la cabeza.
Conciliar supone tener vida después del trabajo, y tiempo para hacer lo que necesites, lo que quieras o, simplemente, no hacer nada.
Conciliar supone cuidar tus relaciones familiares y sociales y no esperar al fin de semana a meterte en una bacanal de actividad frenética, con una agenda más apretada que la de Carmen Lomana.
Conciliar supone tener tiempo para educar a tus hijos, para que cuando llegues a casa no les des todo lo que quieren, porque lo que menos te apetece es una pelea por una niñería. Para que seas capaz de imponer disciplina, o castigar ( o incluso dar un cachete), o decir “NO”, sin sentirte culpable, porque también tienes tiempo para reirte con ellos.
Conciliar supone tener una vida de pareja que no sea un ring, en el que cualquier tontería desencadena una pelea, o una apatía cortés en la que poco hay que decirse.
Conciliar es beneficioso para el Sistema Público de Salud, evitaría algunas bajas laborales por estrés, depresión, ansiedad, disminuiría el consumo de medicamentos para combatir el dolor de cabeza o el de estómago. ¡Temblad señores del Pharmatón y del Viagra!, porque habría menos disfunciones sexuales y no nos harían falta los complejos vitamínicos.
Pero si a algo beneficia la conciliación entre vida personal y laboral, es precisamente a esta última. Nuestra vida laboral se vería claramente favorecida por nuestra mejor disposición física y mental, mayor motivación, y un nivel más alto de aprovechamiento de nuestra jornada laboral.
Y es que no hay excusas, porque España, tiene las jornadas laborales más dilatadas pero la productividad más baja, por lo que sólo podemos ir a mejor.
Para que exista una verdadera conciliación entre ambas vidas (¡nos acecha la bipolaridad!), debe de darse una racionalización de la jornada laboral, suprimiéndose pérdidas de tiempo como las reuniones infinitas e inútiles. Debe desecharse, definitivamente, comportamientos absurdos como el presentismo, todavía criterio de valor en muchas organizaciones. Debe focalizarse la energía y el tiempo en hacer el trabajo lo mejor posible, en colaborar y en conseguir los objetivos del equipo, no en hacer la guerra por tu parte, medrar a toda costa, rivalizar, competir, fomentando modelos de mando y comportamiento tóxicos.
Hay que empezar a ser conscientes de que facilitar, promover y activar la conciliación supone, no un acto de buena voluntad, sino un beneficio empresarial.
Pero debe ser que estoy equivocada y todas las ventajas que yo encuentro, no son tales, y es preferible seguir haciendo jornadas maratonianas, que están mejor vistas, aunque sean poco provechosas para todos….
O quizá es que conciliar sea una UTOPÍA.
Por mi parte pienso que mas que una utopía es difícil y queda largo camino para ello.
ResponderEliminarDe forma individual creo en que es imprescindible la conciliación y también empresarial de forma que desde hace años lo estamos aplicando. Nosotros hicimos una consultoría gratuita que ofrece a través del Servicio Concilia el Ayuntamiento de Madrid y la Cámara de comercio y aunque muchas prácticas ya se estaban realizando, se formalizaron con esta acción. Además a partir de entonces formo parte de Red Concilia grupo de empresas que intentamos ser escaparate y difusión de la conciliación.
Además he participado en un vídeo de la campaña que actualmente realiza la Cruz Roja y la Secretaría de Igualdad, llamada Te corresponde Nos corresponde. Os adjunto el enlace
Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=QP6Q9xOe9lU
Página web: www.tecorrespondenoscorresponde.org
Por ello creo que hay posibilidad aunque sean lentas y entre todos trabajaremos para conseguirlo.
Con tu permiso lo incluiré en tu blog Inmaculada, para considerar que la conciliación es algo más que una utopía, aunque sea despacio.
Un saludo
Charo