miércoles, 23 de noviembre de 2011

Soy una romántica. Mi amiga Hortensia dice...


Mi amiga Hortensia dice que es una romántica, es sentimental y soñadora, pero que no está de moda, no tiene mucho prestigio y se teme que está en peligro de extinción. También parece que está poco considerado ser un idealista, optimista, pensar en positivo y no abusar de la queja, si no es para buscar soluciones o  para pedir ayuda.

Me veo como una de esas locuelas con el embudo en la cabeza, la camisa de fuerza y espantando moscas, porque los cuerdos son los demás, los del ceño en la frente, los del impenitente gris marengo tirando a negro, los de “todo está mal y a peor va a ir”, los realistas, los de “esto no lo arregla nadie”. Y lo peor de todo, el perpetuo descontento, para llenarse la boca de sapos y culebras, ¿qué morbo, no?.

Yo propuse un objetivo y me llamaron soñadora, porque era propio de un mundo mejor, y propuse buscar la excelencia y me dijeron que la palabra era oportuna u oportunista según se mirase (¿?), como si la excelencia fuese alcanzable por unos pocos, como si fuese elitista. La excelencia está en todos y cada uno de nosotros, no es un concepto global (no para mí), somos excelentes en un momento y podemos seguir intentándolo más tarde en otra faceta de nuestra vida en la que tengamos mucho que aprender.

Pero no me hagáis caso, porque son sólo sueños….nunca he conocido nadie que merezca la pena, ni he trabajado nunca en una empresa que apostara seriamente por el trabajo en equipo, ni nunca tuve jefes (varios, quiero decir ninguno) que me considerasen una colaboradora no un trozo de carne, ni compañeros que no les interesase medrar a toda costa o a mi costa, ni amigos que permaneciesen, ni familia que no fuese un mero adorno navideño, ni nunca conocí a una persona (hace más de 20 años) que un día quiso estar a mi lado, manteniéndose todavía y, por si fuera poco, nunca conocí a ocho maravillosas magníficas que me sacudiesen el desaliento y las ganas de abandonar a través del medio más inhumano.

Aunque loca, no ciega, y veo la grosería, la mala educación (como la del autobusero de ayer al que tuve que poner en su sitio, “lo cortés no quita lo valiente”), la mezquindad, la arrogancia, y aunque sé que hay gente que simple y llanamente es mala persona, sigo pensando que son excepciones, no la regla.

Pero vuelvo a deciros, no soy de fiar.

A veces sufro un ataque de “cordura” y entonces mi frente se arruga más que ninguna, no considero el marengo sólo el azabache, y de mi boca salen batracios y reptiles inmensos, veo la realidad como parece que es, pero en eso llega el cómico que tengo en casa (él no lo sabe) y me confiesa que él de pequeño (más todavía!!??) quería votar a Spiderman (el Domingo estuve buscando la candidatura pero no la encontré), o que el agua que más le gusta es la del Everest (léase Lanjarón) o qué es eso del Portón de Belén….y me tengo que reir.

No tengo remedio soy….una Loca de atar.

5 comentarios:

  1. Horteeeeensia.....Horteeeeeensia.....
    De loca de atar; NADA de NADA!
    La excelencia se puede encontrar, se tiene que buscar bastante pero se acaba encontrando :)
    Saludos desde @evacatocc
    Eva Teixidor

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  2. Mi querida Hortensia, ya no concibo mi taza de te sin ti.
    Gracias 9ª maravillosa magnífica.

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  3. Los locos, o las locas acabaremos mejorando este mundo de cuerdos, ya somos unos cuantos..y "Las Magníficas" están a la cabeza, jaja.

    Hortensia.

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  4. ¿Sacudir el desaliento y las ganas de abandonar a través del medio más inhumano? Esa sí es una magnífica descripción del lazo invisible que nos une... Un beso enorme!

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  5. Tu amiga Hortensia y tú sois geniales!!!!!

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Gracias por tu comentario