Mi amiga Hortensia dice que se acercan las temidas Navidades, ¿temidas, por qué?, le pregunto yo, y como si hubiese destapado la caja de los truenos me espeta a la cara:
Porque comemos y bebemos más de lo que debemos, porque compramos y gastamos más de lo que nos podemos permitir, porque tenemos la obligación de divertirnos con fecha fija, porque nos quejamos de la reuniones familiares y no las apreciamos en lo que valen, porque lo hacemos por compromiso, no porque queremos hacerlo, porque es hora de hacer balance y siempre me sale negativo, y lo peor de lo peor, porque siempre caigo en la trampa de proponerme hacer un montón de cosas que no superan el 15 de enero.
Visto de esa manera el panorama es negrísimo, pero….y si, por un momento, ¿nos planteásemos hacer todo lo contrario?
Lo de la bebida lo tengo fácil, hace ya unos cuantos años que casi ni una copa de cava, la comida, bueno, tengo que confesar que soy un poco glotona.
Este año, Paz y Amor, regalitos los justos y es que obligado te veas.
Me divierto cuando surge, cuando toca, sea 15 de marzo, 8 de junio o 7 de octubre, claro que me apetece pasar un rato agradable esa noche y todas, pero hay veces que no sale y si te empeñas, todavía es peor.
¿Reunirme con la familia?, pues, aunque cada vez “pinta” más decir que lo odias, a mi cada vez me apetece más, porque sé que alguna vez lo echaré de menos.
En cuanto a lo del balance, seguro que nuestro análisis final del año está muy determinado por los últimos acontecimientos, si son positivos, será más benévolo que si son negativos, además qué más da, aprender de lo errores está bien pero ¿por qué regodearse en ellos?. Y mira, este año me voy a proponer sólo aquello que pueda cumplir, o sea, de momento, NADA.
Mi secreto está en no depositar muchas expectativas en los momentos que se avecinan, porque conflictos, roces, percances, imprevistos, pueden surgir, independientemente de la fecha que sea, y fastidian igual.
Cómo salgamos o entremos en el siguiente año no nos cubre de un manto de buena o mala suerte, no nos estigmatiza para los siguientes 365 días que quedan por transcurrir, porque las situaciones evolucionan, las construimos cada día, algunas cosas mejorarán y otras claramente, empeorarán.
Pienso que mi futuro está por escribir y yo tengo papel y boli.
Mi deseo para el nuevo año, pues…ninguno y muchos, ya irán tomando forma, no tengo prisa, ahora mi objetivo es, pasarlo bien, disfrutar y sobre todo, como dice el lema reir acompañado y no llorar solo.